20 diciembre, 2015

Cuadro de mi abuelo y el Pata

En la casa de mis abuelos había un cuadro
en un rincón destacado
había un tapiz
un jarrón
los adornos siempre estuvieron en el sitio de siempre.
Siempre miraba esas cosas si bien me importaban más 
                                 /los caramelos del bahiut.
Había sobre todo un retrato de mi abuelo en blanco y negro
él siempre salía bien en las fotografías
debe ser meritorio eso, pues, 
se sacaban una 
una 
no como ahora con celu en mano una y otras tres 
                                /por si acaso...
En ese retrato mi abuelo está sentado sobre césped en un 
                                                /jardín
como todo antes... si la gente iba a la cancha en traje...
aquel jardincito siempre estaba arreglado como todo antes
 con sus petuñas florido y decente
y en la foto mi abuelo está con un perro de esos Fox terrier
el pata me dijo mi abuelo que era su nombre
o lo recuerdo porque lo conocí, creo, al pata,
él, lo tiene al perro entre las piernas 
mi abuelo sonríe y el perro con la lengua afuera
los ojos negros de perro tapados de pelos grises tupidos
"complices" titularía la foto si yo la hubiese sacado.
Alguna vez yo también voy a intentar tener una así
por suerte voy a sacar muchas y elegir la mejor
en la primera entrecerraré los ojos con torpeza
en la segunda se me irá un ojo pa no sé donde
tal vez en la tercera sí aparezca dócil y lindo
la foto seguro la va a sacar tantunita porque es la dueña de 
                                /la perrita
pero después me apropio del cuadro lo cuelgo en mi casa
en una habitación que no existe
en un tiempo que habrá que ver si llega
ahí estamos. 

11 diciembre, 2015

Entre estar o aparecer

La mujer que me sale al encuentro
me dice que me cuide
tenga cuidado
suerte
que esté bien
y me acompañen los ángeles
me despide
doce veces al año, me la cruzo,
al entrar al palier de un edificio
al salir de un garage
en un baño público.

Esa mujer con escoba en mano
dientes blanquísimos y alineados
carnes magras
tonos ocres y oscuros...
me pregunto, si esa mujer,
existe o es un fantasma.

16 noviembre, 2015

Poca cosa

 Cómo decir que todo todo esplende esa luz, ese calor justo. Las miradas están en un justo equilibrio. Pero las cosas se caen, se marchitan rápido como quemadas por un ácido invisible. En la esquina están paradas unas mujeres con polleras que les cubren casi entera la pierna y casi todas tienen en su mano un libro de salmos, sus expresiones idénticas, como por decidir hacia dónde, hacia cuál. Militan la palabra del Señor. Una mujer joven pasea a su perro. Un tipo está sentado en la esquina dentro del bar con grandes vidrieras por donde ver hacia la calle, no lee el diario que reposa entre sus manos sobre la mesa. Fuma y observa lo que pasa. Al costado de las vías, en la calle que está al costado, hace rato que las vías no vibran y se endurecen al sol porque el tren se distancia. La peluquería nueva está cerrada, antes había un delivery de comida asiática, el cartel quedó, solo el cartel del lado exterior del local a una cierta altura considerable. Adentro del local había pintado un mural con muchos colores que seguro habían hecho todos los amigos -peces, sirenas y flores- antes de que inaugurara, ahora ya no quedaron rastros de nada de todo aquello, solo hay espejos sobre fondo blanco, un cuadro de naturaleza muerta comprado en un bazar, una cataratita de mesa que se enchufa se ilumina y rueda agua sobre unas pequeñas piedras artificiales. Cambio permanente. El universo es así. La bolsa de las compras se estruja entre las manos, va para un lado va para el otro. El barrio el domingo a la mañana parece otra vida, otra velocidad irreconocible. Y la bolsa es acariciada por un suave viento que entibia. Con tan solo la carne. La colita de cuadril, el bife de chorizo y la falda parrillera; otros cortes no había, ni achura... menos. Cuando todos pregunten por el chorizo habrá que explicarles que por comprar a último momento lo que hacía falta para hacer un asado ya chorizo no había. Ya la tengo la conseguí la llevo. Todo lo que se venía cayendo ya no se va a caer. El día se venía cayendo, aunque todo esplendía, no importa cuando algo se tiene que caer se va a caer, cuando el amor y/o una reunión imposible se tiene que caer se cae. Las cosas no se levantan ni levitan porque sí pero las cosas sí se caen y se estrella todo desde el firmamento hasta el suelo porque es así. Pero lo que es simple es simple, ¿encontrar una carnicería abierta un domingo a la mañana es raro o simple? Si es temprano es probable que algo le quede al carnicero además de un montón de milanesas apiladas que no se van a caer porque se agarran unas a otras se aferran, el pan rayado, los granos con los granos como arena seca. La bolsa se llena con carne fresca que no sangra tal vez sangre después más tarde en la misma bolsa formando un charco de sangre coagulada o ya sobre las brasas los hilos queden estáticos, semisólidos, como estalactitas rubí. Todo se levanta como si el día recomenzara, pero de otra manera, con la fuerza de una bolsa llena de carne que se lleva y que va de un lado al otro con ritmo, una bolsa que es bien llevada de la manija sin que duela para nada que pese casi tres kilos y haya que transportarla varias cuadras y después cargarla en un bolso y en un baúl de un auto para cruzar la Gral Paz o cualquier otra autopista que saque a la gente el fin de semana para que descanse y consuma y vuelva al rato en medio de interminables desfiladeros de autos que se paran todo el tiempo, se paran, sin que nunca se pueda saber por qué pasa lo que pasa; toda filosofía del embotellamiento muere siempre ahí. Tanto como una bolsa. ¿Tenés ganas? Me dicen. Si te parece podemos. Sí está bien ¿conocés alguno? No sé dónde vamos a conseguir. Dice que no hay tren. El tren diesel. Pan. Poca señal. Estamos prendiendo el fuego. 


07 noviembre, 2015

Ahora wsap cambió

 Hasta que me metí aquí dentro no me di cuenta de lo que es el sol y el agua. 
 Es lo único dudoso que tiene el útero; no hay luz, no hay sol, pero sí agua y calor. Se puede, en el útero, hacer la vuelta de roll. Se puede y lo mejor es que golpear la cabeza contra la placenta no debe doler nada. Nadie pregunta si afuera está lloviendo porque a nadie le importa o porque aún no existe límite entre afuera/adentro. No se vaya a decir lo que todos esperan que se diga. Lo cierto es que al ver esos débiles rayitos de sol atravesando la gran carpa del natatorio hecha de paredes semitransparentes, se nota que afuera no llueve y adentro no llueve. Vuelta de roll.   
 El wsap se llenó de pronto de chiquitos de color, de chiquitos negros, de chiquitos de los barrios por donde vienen bajando gigantescas oleadas de barro donde surfean todos los otros elementos que se pueden poner para expresar ideas o estados de ánimo o momentos del día o materiales con los cuales se práctica un deporte que es para los chicos que son como el color de la pantalla o que son amarillos como los simpson. Y en los que nadie sabe de qué modo, a través de qué misterioso alineamiento los chicos que dicen; yo soy negro, son los mejores. Los superdotados de la basura, los superdotados de la disfunción, los superdotados del abandono, los superdotados de las calles mal iluminadas donde unas historias clínicas de tuberculosos se hacen añicos en el pavimento. Pelotas de fútbol, bates de béisbol, remos, salvavidas, pelotas chicas y medianas, guantes para realizar distintas destrezas. 
 La noticia es la que se dice así; el wsap cambió introdujo un cambio, algo amplió, creó un mosaico más amplio en las pantallas y en el abanico de posibilidades y de colores que puede ver un ojo y remitir un dedo. Un chiquito hace la vuelta de roll y ve que ya no está en el útero. La madre dice que el día que naciste yo me fui. Naa imposible ninguna puede. Yo me fui, dice, te dejé con una que estaba ahí al lado porque había otra cama al lado y te dejé y me fui apenas naciste. Me tuvo y después se fue a bailar dice un chiquito. Mi mamá me tuvo y ahí le dijo a una que estaba al lado que si me cuidaba y se fue a bailar, dice una chiquita. Te tuve y me fui a bailar ¿no es acaso el nombre de una canción? Entonces de todos los costados donde está parado y parada empieza a hacerse grande la ola y van surfeando sobre el barro y una risa y otra risa y otra risa. Es una catarata de chistes que va bajando y arrastra... Te tuvo y se fue a bailar, te tuvo y se fue a bailar.

06 noviembre, 2015

Cuando nada en un estado

 Hay algo en mi infancia que es mágico y extraño. Creo que soy de las últimas generaciones que dirían que en su infancia hay algo felizmente Unheimlich, para traerlo a la manera de todos los que se hacen eco de algún dictum de Freud. Como sea, es mágico porque puedo casi palpar las tardes cazando mariposas multicolores, sentir sus polvos de sus cuerpos frágiles sacrificados para nada, como leves maquillajes puros. Los chicos se arremolinan como pájaros por las calles y el que no tiene una bicicleta es como que no tiene las alas. Las bandas van y vienen de una cuadra a la otra cada esquina es un límite que divide mundos que solo se atraviesan después de mucho darle vueltas al asunto. Todo termina mal. Me voy llorando, aunque nadie me ve llorar. Tal vez estoy llorando pero llorar bajo la lluvia torrencial es un gran efecto de maquillaje.
 De repente la tarde se pudrió se largo a llover y en medio de aquella naturaleza de barrio poblada de bichos salieron sapos de todos lados. La calle estaba abarrotada de sapos oscuros que saltaban contentos, ni autos pasaban por allí y menos con esa lluvia refrescante pero intensa. Los chicos odiaban a los sapos, yo amaba a los sapos aunque aceptaba que su aspecto era un tanto impresionante. Ese día aprendí que a veces la lengua intenta con ciertos efectos rimbonbantes acompasar la realidad. Aprendí que la terminación -azo sirve para aumentar la fuerza, los ímpetus, los desgarros. Un cascotazo voló y muchos volaron y los chicos reventaron a los sapos. Y los que no eramos los chicos reventamos en los ojos de los sapos. Como un sapo. A veces uno es chico y siente vergüenza de contar que otros mataron a los indefensos sapos; vergüenza de estar reventando con ojos asesinos. O confesar que a uno a la salida de la escuela lo cagaron a piñas.   
 Esas cosas pasan. 
 A uno lo cagan a cualquiera lo cagan y está en el reflejo de los ojos de un sapo al que mata y otro día es el sapo que cae en otro pozo y así se repite hasta que revienta cualquiera. Impotencia. Me quedé ahí parado en el medio de la calle, después de haber lanzado con furia un cascotazo que describió una comba breve y vertiginosa se clavó en la zanja que es una acumulación desproporcionada de agua fétida junto al cordón de la calle. Se alejaron todos rápido, a los saltos, el almacenero me puteó y me echó de ahí. Pasé por la escuela primaria y en la secretaría me entregaron el certificado de estudios primarios concluidos. El encierro. Esperar. Aguantar.  
 Y si hay... una rana. Y si... está loco. Y si hay una rana que cuando nada. Y si... está loco... Y si la rana está en un estado. Y si está más loco... Y si cuando nada la rana. De vuelta y si cuando la rana nada está en un estado. Está loco. Y lo que hacía mi hermana era agarrar un montón de ranas va... no sé si eran ranas o sapos o qué eran pero eran re chiquitas de eso me acuerdo y las metía todas un montón en una botella y les echaba nafta y las prendía fuego.    
  

30 julio, 2015

Nadadores

 Afuera hace un frío terrible, encima está lloviendo y cada gota helada puede hacer que la piel más gruesa y resistente se sobresalte de chuchos. Pero adentro del natatorio esta calentito. Todo irreal. Esa asepsia, ese olor a cloro ese calor del ambiente, la sangre se pone confusa enseguida. Y... de vuelta como dice Basho:
cuando nada, la rana,
está en un estado
de completa entrega
 En la pileta todos los andariveles están ocupados con nadadores. Cada andarivel tiene a su vez dos carriles divididos por una línea de agua imaginaria. Salvo que el nadador sea muy novato -y sobre todo los inexpertos cuando nadan de espalda suelen perder la dirección y chocan torpemente al que viene en sentido contrario- en general la ida y la vuelta y los cruces son perfectos, sin roce siquiera. ¡Crang! Afuera un trueno estremece la gran carpa que rodea como una estructura rígida la pileta cubierta, pero dentro del recinto todo es un continuo splash y chapoteos que se repiten como si los produjera una máquina, porque los nadadores a diferencia de otras actividades deportivas carecen de la idiosincrasia y del efecto lúdico. Es un deporte austero. Son autómatas que producen rutinas y cuanta mayor es la velocidad y menor la producción de descansos, y entonces las brazadas no cesan, parece como que toda la maquinaria se compactara y como toda máquina de calidad al ser sobreexigida funciona mejor. No puede desconocerse tampoco que a diferencia de otras actividades los nadadores usan traje esto en su caso no destaca individualidades, como sucede en las canchas, donde se ve al lindo del equipo, al musculoso, al galán barbado por citar meros ejemplos. Las antiparras, la gorra y los trajes de baño lo homogeneizan todo. Hasta se da el caso de que algunos en invierno nadan con remeras medio ajustadas. Lo peculiar tiende a desaparecer entre los nadadores. Y por ejemplo aquí en el tercer andarivel contando desde el lateral que mira al sur este tercero está abarrotado, son como diez nadadores, demasiados, no se chocan solo por el alto rendimiento que demuestran. Sucede que pese a esa total indiferencia con la que suelen realizar su trabajo físico, ese anonimato y esa individualidad exacerbada al observarlos detenidamente se ve que ese individualismo no es de tipo vano sino del tipo isla pero islas dominadas por una corriente que las hace funcionar en conjunto. Partes de un solo organismo que se compone de pataleos, brazadas, respiraciones bilaterales, vueltas americanas en cada extremo y cuando paran lo hacen todos juntos. Como siguiendo sin cuestionarse nada el gesto del primero que lo quiso hacer. Como esos peces que nadan en cardumen y doblan porque dobla uno y todos doblan y nada más.
 Hace como diez piletas que no paran. La cuenta se pierde porque son muchos y nadan rápido. En la repetición del gesto, de la fuerza de la extenuación todo se va desdibujando -la tinta acuática es de lo más efímero- y solo quedan las ondas sobre el agua. De pronto una nadadora se detiene, la que viene atrás hace lo propio y el siguiente, y el siguiente, y la siguiente, y la siguiente, todos buscan un espacio para tomarse del borde y respirar. Hay que tomarse porque están en la zona profunda. Llega otro y se toma, el siguiente con dificultad todavía encuentra un último resquicio para depositar su mano y aferrarse. Todos los cuerpos se van apilando uno tras otro y extienden la extremidad para sostenerse del borde, los últimos en apilarse deben extender su brazo con una gracia inaudita; ya quedan como a más de un metro y medio del borde y sin embargo necesitan sostenerse. Lo más raro de todo es que en ese apilamiento que hacen ningún cuerpo se apoya sobre el otro sino que quedan próximos como dedos de una mano con muchísimos dedos pero ningún dedo se toca con el de al lado. Como dedos que estando tan próximos nunca podrían llegar a aproximarse tanto ya que están levemente desunidos por una membrana natatoria que los mantiene estrechos y firmes en una distancia necesaria. Todo es casi. Así se mantienen en el descanso cuando ya todo es un gran estanque de renacuajos que descansan y se tornan indistinguibles los nadadores agitando algo todavía por debajo que no puede verse al enturbiarse el agua todos pegados a la orilla, negritos, flotando, agitando lo que parece ser la fina cola en forma de látigo sobre una fina capa de lodo. 
 Hace días busco ese texto donde Kafka habla de los nadadores, del cansancio, de la extenuación, de esos pulimentos y esas obsesiones del tipo Un artista del trapecio. Dónde está ese cuento si es que existe... Al contrario de lo que muchos opinarían por estar lo kafkiano siempre asociado a lo enfermizo y a lo sombrío, Franz Kafka fue un gran deportista y un gran nadador.   

20 julio, 2015

Viaje alrededor de la manzana

 Volvía de noche a la casa. Siempre las mismas cuadras el mismo viento helado. La misma desazón, todo un desierto de autos con vidrios oscuros pasando rápido y transeúntes que, si los había, eran una sombra algo que se esfumaba como una nube azul y oscura. El viento me pegaba de contra tal vez para enterrarme; vacaciones en el cementerio decía un grafiti que había leído... cuándo exactamente? Pero recordaba que aquella mañana muy temprano cuando todo se va poblando con un vértigo de marabunta los había visto. Les toqué bocina dos veces, cuatro breves bocinazos, pero no me oyeron, iban hablando, compenetrados y ligeros entre las ropas, él se inclinaba un poco hacia abajo porque ella es chiquita. Ella se estiraba un poco hacia arriba por que él le lleva varias cabezas y el sobretodo negro lo hacía parecer más alejado. Imagen de una fragilidad y una potencia. Hacedores de caminos, imparables en el amor, los seguía con la mirada, reducía marchas y los seguía entre el invierno envolvente pero a ellos los envolvía una cosa hecha de ellos mismos de su propio frío de su propio calor, la sangre que lo hace que lo hizo alguna vez y a ella la hizo esa sangre también, la parte de uno la misma para los dos. Todo tapado irreconocible me iba esfumando la mañana me echaba encima su niebla; todos intentaban escapar del frío pero no hacían más que salir como el sol. Los veía caminando a ellos compenetrados y las ropas no hacían más que flamear sin llamar la atención de nadie como pueden temblar las hojas del helecho, uno anónimo, en los balcones sin llamar la atención. Y un momento aquel... Pero la corriente de la mañana tiraba para llevarme río y calle abajo. Y estaba irreconocible con todo aquello encima para afrontar las bajas temperaturas que si me miraban no iban a adivinar que se trataba de mí. Pero yo que no había parado de hacer gestos para que me vieran después me preguntaba si no había sido lo mejor que todo hubiese quedado así como en secreto.
 Después el horror de los sueños gritaba no podía seguir. Tenés que hacerlo decía otra voz. Explicaba que este sufrimiento del mundo del punto del que hablo es porque lo rememoro y lo rememoro. Si yo ya no vivo entonces ya no rememoraré un hecho tan triste como éste y entonces el hecho inevitablemente dejará de existir. Lo único que quería es que dejara de existir. Había estado leyendo bastante a Jack Kerouac aunque con él nunca se contagia uno de horror o tristeza, al menos en estado puro. Tal vez en aquellos días el gran Jack había estado leyendo a Schopenhauer -frecuentando algunas páginas del aprendiz de brujo de Castaneda, creo que los beatniks lo llevaban en las guanteras- y bien, parece que viajando a la ciudad de Tanger naufragó en el carguero que lo llevaba hasta África; esto lo cuenta en un hermoso libro que se llama Viajero Solitario. Miraba desesperado desde su camarote por el ojo de buey y solo veía muros de agua embravecida. Me cuesta bastante imaginar a Kerouac con miedo. Pero al ver aquella bravura del mar y cómo la tripulación yugoeslava dejaba hasta la última gota de energía para huir del fenómeno climático el tipo estaba cagado, y es comprensible. Y entonces dice: «¡Brazos níveos de Dios! Vi sus brazos allí, al lado de la escalera de Jacob, el lugar donde, si teníamos que desembarcar y seguir de algún modo(...) yo estaría delante del Rostro de Dios, esa cara blanca diciéndome: "No te preocupes, Ti Jean, si te llevo ahora y llevo también a los pobres diablos de este barco es porque nada sucedió jamás excepto Yo, todo es Yo -" o como dice la Escritura LanKavatara: "Nada existe en el mundo salvo la Mente"»  
 Por qué siempre los sueños aberrantes me quitan las cosas que más amo. Por qué me inoculan esos fríos, sí, me dicen luego, tenés que seguir. No quiero seguir así rengo, amputado, desenraizado de las cosas más amadas como diría oh una tragedia clásica! Si todo es representación... todos juegos en la gran mente infinita de Lankavatara. Es difícil no sospechar que quienes abrazan esa voz lo hacen por el interés de hallar un punto de escape de las pesadillas que golpean en lo más bajo.El agua que golpea en el corazón con fiereza. No hay nada como morir ahogado porque es como morir entre caricias que oprimen el pecho con un gran dolor. Por eso Ti Jean necesita ser Ti Jean, estar en un barco a la deriva en medio de una tormenta que juguetea con las vidas como una ráfaga helada de viento lo haría con un residuo. Y después perderlos a todos; a los hijos, a los padres, a los hermanos y a los amores sobre los cuales la vida está plantada como una isla solitaria. Dar la vuelta a la manzana. Tener pesadillas y ser consolado por los padres, recordarlo después siempre. Dar la vuelta a la manzana en bicicleta reconocer cada irregularidad del terreno. Dar vueltas en la gran cabeza de Lankavatara y repetir, repetir, diez respiraciones y largar todo el aire abajo del agua. Tomar aire en el instante justo en que los pulmones colapsan y largarlo todo abajo del agua.              

18 julio, 2015

Al desnudo o con ropa

 Por la ventana nos ilumina una luz como si estuviéramos en un campo de concentración es una luz poderosa. Ah ella se había acercado a hablar por lo drogada que estaba porque no paraba de dar señales con su nariz, todavía delicada, y, como dice Basho:
cuando nada, la rana
está en un estado
de completa entrega
 Habla tanto que empieza poco a poco a contar cosas de su vida y dice que la maltratan, pero lo más sorprendente es que diga que todos la maltratan. Seguidamente todas las voces se suman; sí, a todas nos maltratan... a todas. Hace poco tiempo se hizo una marcha muy grande en la ciudad donde se reclamaba que no maten más mujeres, ni una menos! decía la consigna, esto se propagó por las redes sociales y se produjo un fenómeno de gran masividad que hacía tiempo esperaba con el grito contenido hacerse oír. No entiendo, dice. No entiendo. Qué es la completa entrega.
 Por la calle hay una chica hermosa que se detiene a hurgar cerca de un conteiner de basura. Hay un aparato de cocina estacionado cerca del cordón, semipodrido y con la puerta del horno abierta para nada. La parte superior donde ordinariamente se ubican las cuatro hornallas es un simple receptáculo donde falta todo y entonces queda una fosa vacía donde se pueden cargar cosas. En vez de usar un tacho o una lata para prender fuego en la esquina -tal vez imagine- podríamos usar esta carcasa desvencijada. La chica está dura con la carpeta en la mano. Podría ir a la ronda a la noche que se forma en la esquina donde paran con los pibes y leer algo que los sorprenda a todos. Pero no entiendo qué es la completa entrega.
 Y cuando dice que todos maltratan que todos las maltratan muestra su mano, una mano pequeña y blanca. El dorso de la mano y el relieve de una cicatriz de un puntazo. Dice que se lo hizo porque no la dejaba volverse y ríe espontánea le sale la risa... Por la ventana luz de campo de concentración otra vez. En realidad es porque hay un estacionamiento a cielo abierto del otro lado de los vidrios enrejados y de vez en cuando algún auto aparca con las luces altas apuntadas. En fin, el problema es de completa entrega; qué es la completa entrega.    

20 junio, 2015

Armar premetro

 Este es el cumpleaños beckettiano, es el año del gran despoblador de caminos. Es el momento en que todo se va vaciando hasta que no queda nada o hay que volver a empezar. Conociendo rutas nuevas, desiertos y rutas, barrios desarticulados y bombardeados que se cruzan viajando a bordo de un tren por la superficie de la tierra devastada. El lector del cumpleaños becketiano es una cosa perdida una cosa realmente perdida que no sabe quién es, dónde está... no puede encontrar un relato que le dé unicidad a eso que es y que vive. Le gustaría mucho poder abrirse como una flor gigantesca como una flor de arte cinético,  como la que hizo Eduardo Catalano, la Floralis Genérica, pero es tan difícil ponerse a desear algo tan grande... Me habla de cosas me pregunta cosas, de mí. Si estoy casado, si estoy con alguien si voy hacia algún lugar, y quisiera preguntarle hacia dónde va el premetro. Después cuando vajemos cuando caminemos hacia cierto lugar esas curiosidades se olvidan. No le puedo preguntar eso en ese momento porque qué dirá qué pensará si interrumpiendo digo y qué estaciones vienen después qué hay más allá de eso que se parece lejanamente a una avenida. (Esa avenida de la que pocos saben decir el nombre, es mucho mejor saber exactamente donde uno quiere ir a qué casa a qué oficina pública a qué centro de salud o de educación). No se lo puedo preguntar, estaría mal, la imagen de mí, se borrarría algo no sé. Entonces como que me pongo a inventar una historia de mí, algo irreal, va... un relato porque hay siempre como en la política misma algo que es del orden de lo imaginario y del relato que cuando estalla se zarpa hacia una vida que quiere brillar. Como sea, ya suben mil ochocientas más madres siempre jóvenes con niños y siento las ganas o la obligación de pararme y ceder mi asiento, qué viaje silencioso! Pero me escabullo no por mala educación es que si no cómo le hablo cómo espero que me pregunte y que me cuente. Es una suerte estar en el medio del vagón ya que siempre alguien aparece misteriosamente y cede, pero nadie quiere ceder, no. Me habla de su hija que estuvo enferma, me habla de quien llevó a su hija en el auto al médico, la semana pasada, por suerte que justo apareció para dar una mano. Anochese. Qué habrá más allá de donde nos vamos a bajar, más ciudad, más pobres, más cosas desalineadas, más terrenos extensos con nombres que nadie conoce. Nuestros zapatos se deslizan por la piel fría de los rieles y siento su caminar acompasado y retrasado que ríe suave.Este es justamente el lugar donde no vendría jamás si no tuviese que venir. Es el lugar que configura la verdadera ruta, el viñedo que el Señor quiere que sea cuidado. Hacia el sur-oeste se han de extender las emergentes vides; pero quién puede llegar hasta allí. El pre-metro puede llegar hasta allí si le da la nafta. La Luna baja y gigante y los reflejos del metal plateado de los rieles limpios son como la superficie espejada de la Floralis Genérica allá por Figueroa Alcorta, cerrándose ya para protegerse. A la gente se la lleva el vagón del pre-metro hacia esa siguiente estación desconocida, esa soledad y esa noche que no se cierra no se cierra como los pétalos de la otra. Al menos a la gente se la llevaron esta vez, no se tuvieron que bajar todos puteando porque el pre-metro una mierda, una cosa devastada, eso lo dice el conductor, esto es una flor que nadie riega. En esta soledad. El cemento se enfría se resquebraja y se parte, la tierra se calienta y se llena de ampollas. Por una de ellas se ve el gesto simpático del portero fumándose uno, hace como que, porque muestra lo que hace uno en la esquina todos los días con puntualidad de tomar el té. El portero junta los deditos rechonchos el pulgar y el índice se aplastan una yema contra la otra y los extremos se separan y se pone en pose y es como una danza por los movimientos de estar fumándose uno. Va más allá de la imitación. La boca ancha, el cuello abundante, firme y blanco. La pose de estar fumándose uno. Y otra ampolla donde al que imitaba el portero se le salta casi un párpado de la sangre que rasga un cuchillo de cocina que fueron a buscar después de un mano a mano en la placita. El pre-metro pasa por la placita? Si pasa entonces se puede ver lo que se arma, lo que arman, la que se arma cuando alguno diga qué me vas a armar un pre-metro ahora?!       
.           

05 junio, 2015

Acerca del jugador que se fue solo a la zona de vestuarios y no pudo ser hallado


 Fue como si se lo hubiese tragado la tierra. El partido había sido suspendido un rato antes por una situación de violencia de los hinchas locales contra los jugadores del equipo visitante. El estadio estaba colmado. No se dirigió, no, a la zona de vestuarios por haber sido expulsado, fue más bien como si aprovechase la confusión total que se vivía para escabullirse. Todos los jugadores de un equipo y de otro estaban en el campo de juego, mezclados con periodistas, fotógrafos, los árbitros y las autoridades del club y también las que organizaban el evento deportivo. Era una noche sin luna, un cielo azul-negro por donde se movían algunas nubes vaporosas. Iban cesando de a poco las voces ensordecedoras del estadio, la gente se daba cuenta, quizá, que como decían los periodistas, los violentos, unos pocos, una vez más habían ganado lo que hubiese podido ser una fiesta de todos. Por lo demás, cualquiera que no conociese el club podía perderse en la inmensa zona de los vestuarios. Además, no era lo mismo bajar por donde salía el local, por donde salía el visitante o por donde habían entrado los árbitros. Abajo todo estaba comunicado claro, como conductos que necesariamente respondían a una totalidad. Pero de todos modos los pasillos estaban mal iluminados y vacíos como cámaras ciegas de un hormiguero abandonado. Todo el personal de seguridad estaba cerca del campo de juego o en las calles. Las primeras búsquedas supusieron que el jugador se había sentido descompuesto había bajado solo, no conocía las inmediaciones por ser del equipo visitante, había pretendido llegar hasta los vestuarios donde él y sus compañeros tenían sus efectos personales. En ese intento se habría perdido, se habría sentido cada vez peor hasta desvanecerse y quedar encerrado en alguno de los innumerables cuartitos o dependencias de las zonas de vestuarios. Al no poder ser atendido en el momento y quedar allí aislado, pues ¿quién aquella noche del partido suspendido se iba a imaginar que nunca habría podido salir del estadio, de modo tal que habría muerto quizá sin ser del todo conciente de qué cosas poblaban la semioscuridad que lo rodeaba? Lo cierto es que nunca pudieron hallar el cuerpo, ni con perros, ni revisando todos los circuitos de cámaras existentes, ni aislando, de inmediato,todas las instalaciones. De hecho fue muy oportuno que por los incidentes ocurridos aquella noche el club estuvo clausurado casi veinte días. Los peritos intentaron hacer un trabajo de edición cirujana con los materiales que proporcionaron las cámaras de seguridad. Dado que no se había tratado en principio de un homicidio sino de una simple e incomprensible desaparición no se llevó a cabo ningún atentado contra las pruebas existentes como siempre ocurre en estos clubes. 
 Pero hubo una imagen que durante noches quedó congelada, fue diseccionada de mil maneras por los especialistas porque parecía proporcionar la clave para develar el misterio. Cuando no hay testigos, cuando no ha ocurrido nada sino simplemente un cuerpo que no aparece por ningún lado un objeto heterogéneo que no se sabe de dónde ha salido, por qué aparece allí, puede hacer creer a los investigadores que es la resolución final. En este caso una imagen borrosa de tonalidad verdosa dejaba ver la puerta de una pequeña dependencia destinada al personal auxiliar para guardar objetos de limpieza varios y una máquina aspiradora, se podía ver la puerta entreabierta y del lado de adentro como si hubiese una luz que parpadeara pálida, enfermiza... como una sala sucia de hospital pobre. Junto al marco de la puerta un destornillador caído y el mango del destornillador manchado con pintura roja ya seca. Y esa remera con el número dieciocho hecha un bollo también cerca de la puerta entreabierta y con el número medio chorreado de pintura roja. Exactamente como si alguien hubiese usado la remera para limpiar un objeto. Es que del metal la pintura fresca sale fácilmente si se la repasa con un paño, cualquier pintor lo sabe, y no hace falta serlo. Alguien había querido borrar el rastro de pintura del destornillador usando para tal fin la remera blanca, la dieciocho del jugador. Las preguntas y las conexiones surgieron como una especulación natural. Sin embargo nada de pruebas concluyentes. Noches enteras en oficinas de la policía científica, ya vacías, con apenas algún que otro guardia de sereno, las pantallas idénticas se multiplicaban como una insistencia inútil y prolija con esa imagen detenida. Ese verdor esa palidez de la luz escasísima mostrando el destornillador caído o la remera medio hecha un bollo contra un zócalo. Horas y horas mostrando el interrogante impotente y las respuestas vaya a saberse a dónde había que ir rejuntarlas como un material derramado, ya perdido, y que en pocas semanas se olvidaría como se olvida todo en las pantallas.               

28 mayo, 2015

Velador

 Velar. Velo. Revelar. Revelación. Velador. Salí al mediodía porque supuse que un domingo al mediodía iba a estar la calle más vacía ya que todos estarían viajando o preparando su almuerzo de domingo más prolongado y relajado. Es mejor así porque en las grandes tiendas no puedo encontrar lo que busco cuando la gente hormiguea y no puedo encontrar, menos, un buen lugar donde morirme, a la sombra. En fin lo que yo quería era iluminarme el día y por tanto salí a buscar esa gran tienda de lámparas a ver si conseguía uno de esos veladores de pie gigantes y de grandes arcos bien modernos. Al entrar a la tienda, en el umbral mismo de la tienda sucedió que una mujer vieja y pintarrajeada más bien gorda y de ojos inquisidores se acercaba como yo al umbral de la tienda. Vacilé porque me pareció que la vieja traía consigo la determinación de pasar, sin resquicio para otra cosa, venía caminando desde dirección contraria a la mía, tuve la intención de detenerme para que la vieja ingresara primero, pero la vieja vaciló ante mi vacilación si bien estoy convencido de que yo vacilé primero. La vieja como una pajarraca alarmada sin ton ni son echó un grito desmedido e informe cuando yo harto de su mirada curiosa y severa me lancé adentro, pasé, fui más allá, uno-dos sin retorno, todo estalló en un libre albedrío histérico, aterrizaje en aquella superficie embadurnada; un garage enorme cubierto del tamaño de un estadio. Crucé todo el estacionamiento. Pasé puertas de vidrio y ya estaba en el salón inmenso calefaccionado, me entró una sofocación y sentí deseos de lanzar a un rincón mi campera. El aire olía a grasa pero creo que no era el aire, era yo. Al rato me fui contento con mi velador dentro de una pequeña caja, caro lo pague, pero si no salía ese día con un velador -si bien yo deseaba uno que se arqueara como la trompa de un elefante-, si no podía iluminar la tarde con el velador aquel no quedaba otra que matarme... O dejar que entrara por la ventana una luz cenicienta que de todas formas desaparecería antes de hacerse la noche y ahí, oh, ahí sí que iba a ser difícil pasárselas... Tal vez no era tan importante la luz sino pasar a través, como un túnel que se cierra al final, como un hueco para atravesar una montaña que se desmorona. Pasar a través de ella y soportar su interior. 
   

17 mayo, 2015

El amor para mañana

 Si en una misma noche te despertás tres veces al otro día podés decirle a tus compañeros de trabajo que dormiste mal. 
 En posición horizontal abrí los ojos con dificultad, tuve esa imperceptible sensación de eternidad que se borra apenas la quiere uno pensar, eternidad en cuanto al tiempo de haber estado durmiendo. Persistencia y vacilación. Entonces deseo seguir durmiendo pero me carcome esa sobredimensión de tiempo. Solo tengo fuerzas para agarrar el teléfono mirar la hora; desconcierto y alegría. Solo he dormido dos horas aproximadamente. La segunda vez que me despierto me siento algo sudado, me fastidia, primero volver a despertarme y en segundo lugar saber que ya no es temprano; el sudor agrava todo. Vuelvo a mirar el teléfono, en efecto, no es temprano. La tercera vez que me despierto, no sudado porque ya me he quedado bien liviano de ropas sin nada. En diez minutos sonará... Es terrible, el cuerpo solo devuelve un quejido de insatisfacción.
 Estaba hablando un montón estaba diciendo que no podía ser de este modo la vida. Había sucedido algo terrible algo que le sucede a muchos algo que me sucederá, que me preparo para que no me suceda que en el sueño sucedió. Me di cuenta de que se había pasado la vida. Los que amaba se habían muerto. Ya no podía producir nada más, no podía rememorar haber producido algo. Era una devastación. Pero podría haber sido de otro modo, si a tiempo te hubiese dicho que no podíamos seguir así. Debíamos despertar de esa espera y ponernos a trabajar en la felicidad o sea en la nada misma. 
 Yo estaba sentado en el asiento del psicólogo, yo decía cómo las cosas debían hacerse, encaminarse. Eso me animó me dio fuerzas en medio de una gran noche sin titilar de estrellas. Parado sobre el lecho seco de un río que se inundaba rápido de una ola que bajaba de las altas cumbres, helada, la fuerza de la orina arrastraba troncos, piedras y cuerpos si los encontraba -y por supuesto que tales cosas había allí acampando- en su camino.Trataba de convencerte de que no envejeciéramos en vano porque lo peor de todo es que no íbamos a tener una segunda oportunidad de encontrarnos alguna vez, uf...! Eso es la eternidad, nos guste no nos guste, lo ignoremos, lo olvidemos, sobre todo lo aplacemos.No habrá. Sí habrá, el cine y las religiones pintan de esperanza esa falsedad. Entonces habrá un segundo encuentro. Entonces me quedaré dormido. 

15 mayo, 2015

Las despedidas de mí

 Cuando soñaba siempre se generaba en el sueño una duda, una zozobra, una sensación de gran desasosiego. Es esa persistente idea de que lo que se sueña ya ha sido soñado anteriormente, pero ha sido soñado anteriormente de hecho o es una ilusión generada por el mismo sueño? Estoy sentado frente al psicólogo que espera algo de mí. He preparado un trabajo, algo sobre lo que he estado reflexionando, tiene un título. En ese momento me doy cuenta que hay una profundidad de tiempo en los sueños. Una profundidad que hasta ahora no había podido aclararme. Como un recuerdo dentro del sueño. Un recuerdo que aclara la idea obsesiva de que ya se ha soñado con aquello. Tal vez mi escrito del que no puedo recordar el título pero que ahora lo llamaré "esbozos" trata sobre eso. Lo sostengo en la mano, el papel, el psicólogo espera que se lo lea. Lamentablemente me despierto antes de empezar a leer.  
 Hoy es la última vez que voy al psicólogo. Es tan pero tan la última que ni siquiera tengo que tocarle timbre y entrar. Dejo la bici apoyada en la pared y saco del bolsillo un papel plegado y grueso que es un informe que he preparado especialmente. El informe no habla sobre mí, al menos no en primera persona, es una transcripción de cosas que he estado leyendo, es como la prehistoria de un blog que haré muchos años después cuando la fibra óptica sea la traza y la cimentación del mundo. Cuando me agacho para pasar ese papel por debajo de la puerta me parece que siento toda la fuerza, la atracción y la repulsión del umbral. Como si algo fuera a pasar. Deslizo el papel por la raja de aire que se forma entre la puerta y el piso y mi humilde informe desaparece allí del otro lado y estoy satisfecho porque he cumplido, pero no sé muy bien con qué. Subo a mi bici sin poder bajar, circulo por la acera porque es contramano la calle y entonces me voy andando todo el trayecto hasta mi casa, no es mucho. Se va haciendo de noche muy rápido se va haciendo una oscuridad clara. La oscuridad clara de las avenidas muy iluminadas, la oscuridad clara de las noches con luna, la oscuridad clara de las noches claras. 
   

27 abril, 2015

El gigante jumbo

(...)"y los ojos se abrieron. Me dejaron entrar".
Samuel Beckett, La última cinta de Krapp


 Me detuve, es que no se podía seguir avanzando más pues por la autopista los autos pasaban a cien, condescendientes, extrañamente condescendientes.Hacia el este se veía la pista de los aviones abarrotada de objetos difíciles de determinar. En realidad no se veía la pista pero se la podía percibir, allí muy cerca tan solo cruzando la autopista. Desde el norte fue bajando en sobrevuelo rasante un avión pequeño, de esos tipo jet privados, miré detenidamente para ver si al tocar con las ruedas el pavimento de la pista echaba unos humillos de fascinante fricción. Algo me impidió ver. Siguió corriendo más allá hasta que desapareció tapado por un hangar de alguna de las empresas del Aeroparque. No faltaba tanto para el atardecer y el sol todavía podía cegar la mirada. A continuación un avión mucho más grande comenzó a deslizarse por pista en sentido inverso al anterior y cuando llego al extremo donde el otro había hecho su primer contacto dio un giro sorprendente, de ciento ochenta grados,-ese giro debe tener un nombre técnico preciso en el lenguaje de las aeronaves- para detenerse por unos minutos hasta recibir la autorización y realizar el despegue. 
 El momento del despegue es algo formidable, parece como que hasta ese momento el avión es un simple vehículo pero de pronto algo sucede que las turbinas rugen de un modo superlativo. Es el aviso de que se va a producir ese gran salto del hombre venciendo las leyes naturales; la máquina ganándole a la atracción total de la tierra y de los cuerpos. Las turbinas entonces emiten ese silbido que es como diez mil caballos salvajes que se echan verticalmente por el filo de una ladera o de un valle escarpado. Sigue en carrera unos diez segundos más y fpssss transmite esa pasión de querer ir hacia lo imposible. Y lo hace. La trompa se derige hacia el firmamento de una manera desproporcionada y la cola queda rezagada como si todo el peso se volcara a la parte posterior. La remontada parece una ilusión. La remontada es David, y todo el peso, la inercia y la gravedad son Goliat. Pero lo cierto es que se va reponiendo. Se pestanea y ya está volando buscando el rumbo. 
 Y entonces me pareció que la puerta de un gigante avión jumbo con detalles en rojo y en blanco se preparaba y se abría antes del despegue y mi abuelo saludaba. Todo estaba en blanco y negro. Mi abuelo tenía puesto un perramus gris-azulado y con una mano vigilaba la gran maleta negra que lo escoltaba a un lado. Pero en verdad se trataba de una fotografía que siempre había andado por ahí. Dando vueltas. Me doy cuenta de que a pesar de los años de tantos años el zumbido atronador y apasionante de los aviones se mantiene distante e invariable. 
 Había estado en este lugar dando vueltas y me pareció que lo lograría, si la traía, si la atraía hacia allí. Es que por primera vez tenía una rara sensación de que iba a perder. Le dije que conocía un lugar especial, primero le pregunté si le gustaba ver aterrizar aviones y despegar aviones y me dijo que sí. Cuando llegamos tomamos café al coñac, estábamos alegres. Nos besamos con unas ganas locas pero de un modo que parecía que no iba a llegar nunca. Estábamos sentados sobre un gran pilar de cemento. Habíamos conversado mucho pero de pronto nos quedamos callados. Atardecía. No habíamos tenido clases. Fue todo medio casual en las últimas semanas habíamos hablado bastante y ese día salimos a la par bajando la escalera, en la puerta de la escuela decidimos ir juntos a dar una vuelta. Cuando se hizo ese silencio... Es como un silencio donde alguno de los dos debería haber dicho acá falta algo... pero no sé muy bien qué... Estábamos en aquella plataforma de cemento -una especie de plaza seca a la vera de la autopista- sentados, enfrentados, cruzados de piernas y hacia el este con intervalos de diez minutos llegaban y salían aviones, ella me propuso que nos acomodáramos. Me quedé atónito no sabía de qué iba la cosa. Me explicó tomando mis brazos y acomodando nuestras caderas y me hizo reclinarme sobre su costado y ella se reclino sobre mi costado. Parecía una cama india pero de dos que a su vez estaban enfrentados. Y era maravilloso que tan solo con dos cuerpos así dispuestos algo pudiese ser tan cómodo como una cama india. Nos besamos largo, resoplamos sintiendo un poco la fresca, es que la sentíamos porque nos entraban ganas como de sacarnos la ropa pero ella me hizo parar aunque echando una carcajada de excitación inolvidable.Quería que me dejara entrar, que abriera sus ojos y me lo permitiera. Aquella vez no se pudo. Y como un soplo de vida seguí hacia adelante pero ella ya no estaba. 

22 abril, 2015

Bracito

El otro día soné que me faltaba un bracito
todo era dolor, pero no por la falta,
del bracito
si no
por lo irremediable.
Había en aquello un dejo de desgracia
pero en el fondo sabía que era mi responsabilidad
buscar ahora locamente una prótesis para aquella...
me moría ahí
menos mal
me moría, 
si eso, te faltaba a vos,
porque un bracito es algo que no le debe faltar a nadie
es que la prótesis de algo así es imposible
nada puede ocupar el lugar
la maleabilidad
la fuerza
la destreza
la rebeldía
la incorporación
de un bracito
es insustituible
lo veo claro...
menos mal...
qué angustia al ponerme de pie y sentir tal desavenencia. 

17 febrero, 2015

Tuca

Levanté un correo, 
un muchacho al que yo no conocía había sido baleado y muerto
resulta que el tuca estaba con él y había sido herido.
Si el tuca se moría me hubiese sentido triste y vacío
mucho más vacío que triste; sobre todo vacío.



En la tele la jueza Arroyo Salgado hablaba en el Salón Azul
se me pegaba más que otra cosa su voz nasal, 
sus breves silencios y su registro de persona formada que se mezclaba con algo que venía de Costa Salguero 
del Chandon de Bellaqueo 
de eso ta re cheto, 
del peloduro,
del rancho, 
el repiola 
las guachas 
y la noche.
Por suerte también por la tele
supe que no había pasado nada,
descontó esa suerte felina que ya lo había tocado más de una vez.
Como cuando escapaba solo, porque había perdido al equipo
una madrugada
por las vías del Sarmiento entre Liniers y Villa Luro
los cables eléctricos le acechaban los pies como serpientes sedientas
él me acercaba la boca a la cara me hablaba cerca del oído
como para descubrirme, desafiante, quién, realmente, era él.
Pero esta vez la bala lo alcanzó en una pierna, 
pero esta vez con el amigo se endemonió más esa suerte y lo atravesó.
Dijo el padre,
por la tele de la suerte y de la desgracia
el padre del amigo en la puerta del hospital,
la bala entró por el costado izquierdo y salió por el derecho.
Cómo habrá llevado el tuca al amigo al hospital
era el amigo el que conducía la moto esa noche
y el tuca no es de dejar tirado a un amigo en la calle.
Al tuca lo conocen todos.
Alrededor del hospital había un montón de movimiento 
por estar tan cercano al barrio el hospital es siempre un territorio en tensión
delicado es decir poco.
La mañana prometía calor pero estaba agradable 
el sol acariciaba las paredes descoloridas del hospital
los noteros revoloteaban para un lado y para otro 
por fin uno de ellos agarró a una tía 
las tías siempre están.
Fueron los gendarmes dijo la tía con seguridad dos veces
y dos veces le repreguntaron;
si sabía quién era la chica que había muerto 
si sabía dónde vivía 
si sabía su nombre 
si conocía en qué circunstancias había muerto 
si había sido un enfrentamiento 
si entre los vecinos se tenía la noticia de inminentes operativos policiales,
cómo se había enterado ella de lo que había ocurrido 
dónde estaba en el momento en que se había enterado.
Entonces por un lado estaba el hallanamiento con saldo y balacera  la balacera otra 
la balacera famosa de la ambulancia
la balacera del allanamiento otra vez
y la balacera del tuca 
la tía había dicho les tiró gendarmería.
Bien, entonces ninguna balacera o enfrentamiento 
las balaceras no existen, los gendarmes tiran 
sus cuerpos pesados y verdosos por los bañados sanguinolentos que bordean el barrio.
No puedo dejar de imaginarme al tuca aquella noche recorriendo los canales internos a toda velocidad, 
temerariamente es decir poco,
cortando con la moto aquella oscuridad azulada 
los riachos estrechos que se clausuran abruptamente por acumulaciones de basura,
escombros y autos desmantelados,
pedazos de artefactos en desuso asoman en la superficie pantanosa
la espesura algo hedionda
la flora superabundante
hacen que se disimule qué habrá sido qué en el origen
tal vez si el tuca hubiese manejado aquella noche...
los remos
quizá sería él el muerto o hubiesen zafado 
hubiese podido esquivar esas mordidas letales 
esa aplastante torpeza de escamas verdosas
con esa suerte felina con esa elasticidad fibrosa de sus gestos.




23 enero, 2015

Preguntas y disculpas

Quiero saber si es full hd o hd ready
Quiero que me expliquen eso
Por lo demás hd ready no busco porque eso, eso ya tengo
Quiero ser perdonado, si se puede, por mi ignorancia y/o por haber leído mal
Quiero saber si hacen factura, si hacen envío, si hay stock... ¿hay?
Quiero saber por qué tiene wifi pero no es smart y qué significa picture and picture
Y que me indiquen si se conecta esto con esto otro
Estallido de cosas disímiles, abstractas
Una 7080 pc amd gamer A10 7850k Quand Core + R7 8gb Hdmi Usb 3 ¿va?
Quiero poder dilucidar cierta contradicción entre la descripción y la publicación
Quiero que me digan qué me van a ofrecer
Y si se trata del T24A550 o del T24C550-L o sin ella
Los volt, ¿todos o algunos, solo 220 o solo 12, o ambos? me gustaría de 12
Y si los voltios no fueran nunca la fuerza, la potencia y tensión requerida...
O si no tienen nunca algo de semejantes pulgadas
Quiero jugármelo todo por un samsung s4 mini completo con caja 10!
Quiero canjearlo todo, espero les interese
Daría más si tuviera seguiría agregando
Una caja de vino Colón Cabernet del año pasado, creo, le falta una sola botella a la caja
Y hasta ese salchichón veronés, algo de ese estilo, regalo especialmente apetitoso que la madre de Karl Rossmann, en la novela América, le había hecho al hijo justo antes de que éste fuera fletado para New York.

19 enero, 2015

El gran héroe

 Una ficción de robots... hoy día es de lo más común ver en el cine una de robots. Hay una duda gigantesca con los robots, si acaso la dicotomía bestia/soberano se disuelve... se disolverá? Pues el robot de qué lado está; tiene vida? siente? piensa? Tantas cosas que ya han sido bien exploradas por el cine. Podemos amar a un robot? Acaso el robot supera al animal en el amor? Será algo más que una mascota? Domesticar al robot parece mezclar lenguas inconexas... 
 En la primera escena de este film de Walt Disney hay un club clandestino para celebrar riñas... Por cierto, la película animada se llama 6 Grandes Héroes. Decía, no de gallos o perros las riñas, sino de robots. En un espacio que se parece al que ocuparían un par de sumotori cada participante comanda acodado a lo zen, a su robot boxeador-destructor. Estos enfrentamientos suelen durar hasta que una de las partes estalla, se descoloca, se desmembra y deja manchas de aceite y chillidos cibernéticos sobre el paño.
 Como en muchas de estas películas encontramos que el protagonista se hace amigo de un robot, hermano de un robot. Allí están las aventuras más apasionantes cuando lo humano y lo inhumano se entrecruzan, se tejen complicidades y el mundo se arrodilla ante el plus de poder de estas amistades de los tiempos poshumanos. En el nudo de lo que va aconteciendo no hay mucho más para agregar. Está el malo, el que roba y se apropia de los descubrimientos de los buenos para hacer daño, está el empresario sin escrúpulos para quien la ciencia es fue y será un negocio. Están los amigos que ayudan al héroe y tantas escenas hacen que el espectador recuerde otras mil animaciones vistas antes. Pero lo mejor de todo esto es encontrar viva más viva que nunca la prehistoria de los cánones metafísicos. Los clásicos: muerte se opone a vida y apariencia a ser y alma a cuerpo. Este último es formidable para este mundo cibernético porque si bien no hay nada que no sea materia hecha y rehecha por la técnica, la idea de que aquello que permanece que está más allá y que puede ser recuperado porque es inmortal, y que además, funciona como banco para que las cosas puedan ser repetidas, recopiadas, reproducidas, esa idea está fresca como de costumbre. El cuerpo siempre es un material disponible, una bella forma que puede ser recreada si se cuenta con la tecnología adecuada para que ello se logre. Y, sobre todo si hay un alma capaz de insuflar ese soplo determinante que devuelva, aunque suene inverosímil, esa identidad personal, la misma. Quién se quejaría de que es otra persona, de que se trata de otro robot porque el cuerpo no es el de antes, el cuerpo original se ha perdido para siempre, en el limbo, en la batalla o en una suerte de inmolación. Pero se ha salvado algo, se ha salvado la memoria, el chip único desde el cual es posible repetir al cuerpo. El chip es una materia un tanto extraña, materia al fin, pero que pretende ser presentada como lo otro del cuerpo, es una materia que se ve y se toca con otros ojos y manos intangibles. Nadie asociaría ese chip a algo que pueda ser confundido con lo corporal, con el plástico, la silicona, el color, la textura, los brazos mecánicos de aleaciones super especiales que se fusionan en el interior. Primer superpoder: el alma infinita sobrevive al espacio infinito donde el cuerpo finito se pierde y además, segundo superpoder: de ese mismo caos, cuya fuerza de absorción es insoportable, el alma puede retornar.  
               

10 enero, 2015

Para hacer bailar a todos los amigos


7 de enero atentado a Charlie-Ebdo y publicación de Sumisión

 Hace unos días nos enteramos de que en Francia se llevó a cabo un ataque terrorista al staff de la célebre revista Charlie Hebdo. 
 Leí una nota de un periodista que cubría el tema para Página 12. Me llamó la atención que en un momento el texto le dedicara casi un párrafo entero a criticar a aquellos que llevarán agua para su molino o aprovecharán esta situación de confusión y bronca para confundir más a la opinión pública y hacer que la sociedad francesa desbarranque hacia una ultraderecha siempre agazapada. Creo que ese punto de vista es correcto. Me corrijo, en particular me llamó la atención que se señalara que dicha coyuntura beneficiaría a personalidades detestables de la cultura francesa como el escritor Michel Houellbecq. Ese mismo día, es decir el día del asesinato de los escritores y caricaturistas de Charlie Hebdo, se habría publicado en Francia, Sumisión, la última novela de como dice la contratapa de unos de sus libros, "la primera star literaria" desde Jean Paul Sartre. Al parecer en este último texto, Sumisión, Houellbecq se entrega de un modo que roza lo patético a las ficciones paranoicas que sabe entretejer con maestría. La sociedad francesa se rinde ante la cultura árabe; no va más Occidente. Hurgueteando un poco encontré una referencia al menos de Houellbecq.  En Las partículas elementales (Anagrama 1999, Trad. E. Castejón)en un capítulo dedicado a narrar la así llamada revolución sexual en los años '60 menciona del siguiente modo a Charlie Ebdo, dice:
"El conflicto ideológico, latente a todo lo largo de los años sesenta, estalló a comienzos de los setenta con Mademoiselle Age Tendre y 20 ans, cristalizándose en torno a una pregunta fundamental en aquélla época:<<¿Hasta dónde se puede llegar antes del matrimonio?>> Durante estos mismos años la opción hedonista-libidinal de origen norteamericano recibió un poderoso apoyo de los órganos de prensa de inspiración libertaria (el primer número de Actuel apareció en octubre de 1970, y el de Charlie-Hebdo en noviembre). Si bien estas revistas se situaban, en principio, en una perspectiva política de contestación al capitalismo, estaban esencialmente de acuerdo con la industria del entretenimiento: destrucción de los valores morales judeocristianos, apología de la juventud y de la libertad individual".(...)