30 octubre, 2011

Linda linda amy


Por aquella época golichi nos regaló un disco de linda emy. Teníamos todo para ser felices pero como una cierta realidad aparte. Era una fuerza titánica que nos sostenía desde abajo  porque arriba nos sentíamos como mártires sangrando por cada poro de nuestra carne castigada. Resistíamos y queríamos la felicidad porque nos esperaba a cada curva, a cada recodo del camino. La felicidad está en las cosas simples. Jugábamos  con la desesperación y violencia si desbordaba nunca era suficiente para ahogar toda la esperanza que rebosaba por los costados de una ancha rivera. 

22 octubre, 2011

Donde se intenta la distancia entre nombres humanos y nombres cánidos

Arriancito
 Debido a su heterocromía congénita, a nuestro juicio, debió llamarse Celestino. Es que debía mantenerse en esa lógica de serle impuesto un nombre de persona pero que no fuera tan disonante quizás como este que quiso ponerle bebita. También hubiésemos amado imponerle tampico, tuco o crazi8 verdaderos nombres, verdaderos estallidos en la noche perruna. Pero nadie nos hubiese hecho caso. Qué momento tan mágico aquel, cuando la cosita negra peludita no para de saltar cerca de nuestros pies y de tantos movimientos repentinos y fugaces ni siquiera se deja sacar una foto. Es un momento pleno de incomodidad el de que exista un punto innominado; cosas semejantes no pueden ser aplazadas en el tiempo. Toda intención quiere siempre conjurar tales objetos insoportables al filo de la conciencia. 
 Es siempre complicado sostener una vida como una pura cosa sin nombre; el hermano de Jacob, en la serie que tanto extrañamos, el mal encarnado o volatilizado, es un individuo innominado. Parece que allí se muestra esa beta de máximo enigma y encrucijada de oscuridad en un lugar de vaciedad del nombre. Allí el individuo no tiene nombre y el mundo peligra porque lo innominado aparece como un centro atractivo a donde todo el afuera va tal vez a galopar y desaparecer irremisiblemente. 

17 octubre, 2011

Treinta años


Después de un rato cuando me quedé solo sentí como si un filo extremo surcara mi carne sin dolor, una herida limpia, perfecta. Nunca nada tan ardiente, magistral, como la hoja de aquella cuchilla de un sacerdote carnicero ritual que sabe perfectamente por donde debe cortar y conoce cada articulación, cada tejido y la espesura de cada cartílago y la densidad de cada coágulo de sangre. Fue esto después, cuando recordé que habíamos hablado del paso de los años. Me dijo algo que ya me había dicho muchas veces, yo me deje caer en el sillón hasta hundirme y desaparecer dejándome envolver por su voz reflexiva porque la nostalgia es muchas veces un poderoso somnífero. Me habló mucho sobre los últimos treinta años: qué hice, qué clase de extraña fugacidad nos cubrió y envió a un viaje de placeres y dolores y nos trajo de vuelta otra vez para mostrarnos, irretornable, cómo todo estaba en otro lugar, cómo todo había cambiado con tanta radicalidad en treinta años. Una luz, una sombra, lo que dura una breve canción. 
 Acaso nos abismamos cuando desde donde estábamos sentimos cierta necesidad de objetos que nos mostrasen el camino inmediato, cómo seguir orientarnos en la noche en nuestro adentro que no cesaba de aumentar. Inversamente a como lo hacen aquellos mantos de selva pulmones del mundo les dicen y que van cediendo terreno y aclarándose hasta desaparecer. Los objetos y los nombres todo se iba desplazando y como una catarata sobre nosotros caía despedazándose y haciéndonos añicos y no fue, finalmente, el filo limpio perfecto hermoso como el de una katana virgen aquello que nos separo en dos pedazos el cuerpo. Fue un libro que tomamos de los estantes entre tantos libros expectantes tomamos uno y leímos, cada palabra echaba alas pequeñas poderosas del mango de pequeñitas dagas y sorteaban todos los obstáculos y con velocidad-luz se clavaban barajando los sucesos. Los días de la vida, digamos, cómo llamar a eso. Todo esto para decir simplemente que cuchillo es libro, mango empuñadura hoja va a dar con hoja pero la otra la de papel también filosa y cortante más traicionera, cazadora experta invocando todos los despojos los jirones de lo que ya no existe; arremolinados descienden, jugueteando con la ventolina antes de quedarse apoyados quietos en un rincón.   

12 octubre, 2011

Alfábeton


Cuando el sol baja una oscuridad nos toma, esperábamos ponernos a practicar ese alfabeto que daba vueltas desde semanas. Nos volvimos a acordar que aún no comprendíamos la diferencia entre deínón y deinós... -me pregunté si estarías en casa y me respondí que seguramente no-. Comenzó a bajar un poco de frío y las ventanas levemente se empañaron. Unas calles, el amargor dulce de unos labios al salir temprano de la escuela. Nos escabullimos bajo el frondoso manto de cemento de la autopista, cerca de plazoletas desiertas. Bebimos café al cognac. Barracas lúgubre. Donde los personajes de Sobre héroes y tumbas nos sumían en cierta ensoñación y cierto poder.

11 octubre, 2011

Derrame

 
 Mucho mucho miedo a que finalmente lo único se vaya, desaparezca. Lo único. Todo acontecimiento ha de ser irrepetible?
 Nos cuentan que cuando el amor se nos prende en las rodillas la señal que se enciende en nosotros es la de que ocurre algo único, algo irrepetible. Por eso tememos que dejarnos llevar en esta correntada pueda significar al fin y al cabo entrar en Leteo...
 Quién podría olvidar a sus hijos? Quién no podría imaginar la locura del amor por los hijos que hizo? Siempre que queremos continuar, cuando el camino ancho se insinúa ante nuestra mirada trémula, vacilante. Pobreza, nos da calor nos anida, nos oculta y sepulta. Entonces, seguir fieles tiene un sabor único que solo nosotros podríamos reconocer.

07 octubre, 2011

Polinices

 Antes me parecía que las poesías, las cartas, los sms diarios eran, todas esas cosas objetos inútiles; solamente piezas a veces exquisitas para que los espíritus cultivados las aprovechen y se nutran; yo mismo quería ser uno de esos espíritus y aspirar a la inmortalidad. 
 Ahora solo pienso en el gato que voy a tener. Polinices. Es un pequeño gato que todavía toma la tetina; leche, crema + unas gotas de limón y una yema de huevo. Es raro gato. Su pelaje es negro y las puntas de las orejas rubias y la punta de la cola rubia. Fue abandonado en una caja con sus hermanos y hermanas a la vuelta del Hospital psiquiátrico, un lugar donde los paredones se reproducen al igual que los gatos y donde todavía algún resto de baldío queda. La maldición pesa sobre Polinices, la maldición pesa sobre todos los gatos. La maldición dice que morirás, morirás gato junto a la tetina a la que nunca llegan con tus hermanos. 
 A la noche al costado de una calle casi encima de una montaña de basura, dentro de una valija toda desvensijada imposible de cerrar... Polinices y todos sus hermanos acechados por la muerte transfigurada, la muerte, en una sarna asesina. Y no hacemos nada. Dejalos, no puedo sacar al demonio de esos cuerpos. Estamos como malditos ese día en la carretera cuando nos vamos y nos perdemos en el frío y las tinieblas que se abren nos envuelven y nos alejan al pisar el acelerador.  

02 octubre, 2011

Racimo de plátanos


  rdeb
 Contó tt hace poco que estacionados en puerto africano con el Tegerberg Me mandó a tt a comprar unos plátanos. No sabemos como siempre muy bien los detalles -y menos ahora cuando todo se vuelve a mover en un tablero que está en constante devenir-. Pero tt con nueve años desciende del Tegerberg y compra bananas, después la retan por comprar un racimo de plátanos y no dos o tres como por sentido común tenía encomendado. tt amante de las cantidades ya perfilaba quizá su destino en aquellos puestos portuarios de África un puerto por ahora innominado, debido seguramente a nuestra torpeza. Comen las bananas con las hermanas y la madre y unas mujeres que acompañan en aquel depósito del barco inmenso abajo junto a todos los pobres cerca de las bodegas en una semioscuridad. tt dice que se podía subir a cubierta dice que se podía visitar la parte de los ricos que le daba mucho trabajo la hermana y que mamá, por Me, fue de una osadía incomparable. Eso nadie lo pone en duda, en otras cosas tt es contradicha a veces con vehemencia.