22 octubre, 2018

Una especie de madre y la madre


 ¿Hay una sola madre? Madre hay una sola. Mientras en los chats se multiplican los saludos y los abrazos acerca de las madres y sus días, recuerdo que he crecido escuchando esta frase acerca de que hay una sola madre; ya sea como chanza, ya sea como astucia, ya sea como reproche, ya sea como recordatorio. Hay solo una. Del padre nunca se ha escuchado decir que hay solo uno. No sería una aberración de la naturaleza un padre abandónico aunque una madre que nos deja sí es monstruosa, se dice. 
 En el film Una Especie de Familia[1], hacia el final, en su loca carrera por ir hacia algo, por huir de algo, por producir esos arreglos desesperados, por no perder las esperanzas, aunque haya que abrazar la desgracia; y eso es bastante conmovedor en todos los saltos de agua y de torpezas del personaje principal. Me pregunto, si bien en la generalidad de la trama lo entiendo, ¿qué clase de reparación quiere hacer cuando roba al niño del instituto y se lo devuelve a la madre, como si solo así se pudiese quedar en paz consigo misma? Tal vez precise con tal gesto renunciar a la maternidad que había sido siempre un deseo poderoso y fugazmente un hecho. Siempre que se piensa en las madres, en la maternidad, en la madre biológica, en la madre adoptiva hay que ver una serie de esencialismos. Porque el "madre hay una sola" es la original verdad; madre -verdad madre- de todas las otras en estos temas justamente. Y de allí sale otra rama-verdad que dice que "una madre hace por un hijo cualquier cosa". Una madre -si es una verdadera madre o sea una madre real- es capaz de hacer por su hijo cualquier cosa. Una madre real es para el sentido común una madre sanguínea, una madre que está conectada al hijo por órganos, por carne, por fluidos, por dolor visceral, por formas fenotípicas. Una madre biológica es una madre real. Este personaje del film llamado Malena hace algo loco, algo desquiciado, es decir actúa en el sentido de hacer cualquier cosa por un hijo, porque hacer cualquier cosa o ser capaz de lo que sea por un hijo no implica solo esfuerzo, sacrificio y obstinación. Es locura, es rapto, es hacer justo lo que hace con un ánimo dislocado propio de los desesperados este personaje. Va hasta eso que parece un desierto y una casilla en el medio para restituir, para dejar sin efecto la subrogación; de todos los males el menos malo; pero eso no importa. Esto sí; ella, que no es nada más que un deseo inmenso tan luminoso como oscuro, solo una especie de madre, proyectada y fallida para ese niño de destino incierto... Ella, quien le lleva al niño a la madre biológica que ha renunciado a su derecho, a su obligación a su condición real de maternidad. Es sorprendente porque la maternidad más irreal se comporta aquí con los gestos y todos los signos del atrevimiento de la maternidad más real, haciéndolo todo por el hijo y buscando retornar al lazo original que ojalá, si las cosas no estuviesen tan desenfocadas en la miseria material llamada pobreza, hubiesen sido siempre así y esa maternidad hubiese sido lo que siempre debió ser, espontánea unión del hijo y la madre. Pero claro que eso es lo que menos importa aquí. Lo que enrarece todo el ambiente del "madre hay una sola" es que la madre suplemento, la que no dice que haría cualquier cosa por un hijo, porque para poder decirlo hay que estar anudada a la criatura por el cordón umbilical, es esa madre suplente la que irrumpe como una maternidad radicalmente maternal.    
 Como un comentario al pasar creo que el film es muy provecho por cómo propone problematizar una cuestión tan sensible. Dejando que los problemas se vayan deslizando y se vengan abajo, pero siempre dando un espacio inmenso para que sea poblado por los pensamientos de quien se interese o se sienta aludido por esas imágenes. En este sentido lo que de fondo se está planteando como problema es lo siguiente: ¿Qué es lo que impide que exista un sistema público y factible de adopciones? ¿Por qué nunca ha prosperado una institucionalidad transparente y accesible? Para cualquiera que tenga la necesidad y el deseo y la posibilidad/condición en sentido amplio de poder concretar un proyecto semejante. Saldando así un agujero social tan palpable en un país con índices de miseria sabidos y una legalidad del aborto retrasada. Una hipótesis factible es que tal escollo muy en el fondo de todo este universo de problemas es que la monomaternidad conjura la posibilidad de abrir las adopciones.[2] Pues la monomaternidad está afincada en la propiedad privada sobre los hijos, el descrédito de que la multiplicación de formas parentales puede redundar en beneficios afectivos y de contención, la promoción incuestionable de que la función de madre es un dictamen de la naturaleza y por lo tanto una continuidad de funciones biológico-orgánicas. En cuarto lugar, la visión de que una mujer no puede decidir acerca de ciertas cuestiones que atañen a papeles inescindibles del género femenino. 


[1]Diego Lerman (Director),(2017),Una Especie de Familia,Argentina, Campo Cine. 
[2]Shelley Park,Mothering Queerly,Queering Motherhood.(Maternando de modo queer, Queerizando la maternidad)Frag. Trad. Curia D, en Página 12, 19 de octubre de 2018.

25 septiembre, 2018

Caballos Salvajes y sus mitologías

 Lo que quiero hacer en este breve escrito es mencionar unas escenas de la película Caballos Salvajes. Road movie argentina del año 1995, e indagar allí la noción de historia personal. ¿Cómo se hace para recrear la vida? ¿Cómo el paisaje nos aborda y aporta para la recreación? ¿Es el campo abierto un ingrediente que aporta grandes dosis de originalidad? Esta trama tan superada por el devenir de nuestras vicisitudes nacionales y que al mismo tiempo mantiene en suspenso esa familiaridad; las crisis, los embustes, las mafias, los empresarios del mal, la ingenuidad de la gente común, la excepcionalidad de la gente común. La singularidad del camino. Para poder crearse una historia hay que romper la que ya viene siendo hecha. Es bastante forzado cómo el personaje de Pedro hace envíos para romper su historia y crearse otra. A la nueva la crea el camino; el aire puro de la carretera. Como dice el viejo de esta historia: "Mirá a tu alrededor y respirá, dale! respirá! hondo! Así huele el aire fuera de las ciudades!" La decadencia de la ciudad y la injusticia propia del capitalismo, a lo que sumaríamos la iniquidad cómica del subdesarrollo, todo eso horada fácilmente las vidas de aquellos que allí tienen sus aspiraciones de supervivencia. El personaje de José dice matarse si no le devuelven el dinero que le robaron, como nos roban siempre a los pobres de estos países cuando los planes fallan o se reconvierten en otros que se fusionarán, fallarán y reconvertirán. Pero siempre después de que los ricos fugan sus millones afuera. Al continente o gallina. Pero aquí nos importa cómo se hace un movimiento de horadarse a sí mismo la vida. Cosa que el film muestra aunque ya no convenza o nunca lo haya hecho. Cuando el personaje de Pedro se sacrifica por José, no es solidaridad hacia su causa perdida. Sino una deriva de sí mismo para probar, para destruir y empezar. El campo como desierto es lo que permite empezar, al menos da esa posibilidad por su nada, por su ámbito de abrir posibilidades porque está vacío de cosas fabricadas, terminadas y relucientes. La mayor potencia de sentido está allí donde no lo hay. Tener todo reorientado hacia una dirección unívoca es carecer de toda productividad; tener el puesto en el banco con posibilidades de ascenso, tener amigos poderosos, tener una carrera, tener la vida organizada en una serie variable de actividades mundanas. El viaje, el campo, es como la isla desierta deleuzeana*; un huevo que más allá de las apariencias expulsa todo el desierto hacia afuera. Un resultado completamente paradójico pues la isla es desierta y el campo es desértico. No se trata de ir al lugar vacío-rico a capitalizar como un conquistador de islas como un asqueroso Robinson. Eso mata el huevo. Cuando la intención es buena lo que se hace es tener la especial predisposición para recrear y eso supone relevar las mitologías universales que abisman el pensamiento**. Por eso nuestro entrañable personaje de José, este romántico trasnochado dice, frente al abismo, frente a la inmensidad del paisaje: "Pucha que vale la pena estar vivo". Tal vez estas reconfiguraciones estén en la naturaleza del modo en que somos. Cómo poder transitar sin renacimientos, sin segundas nupcias o aboliciones. Pero el renacimiento importa más que el nacimiento porque sin fundar la mitología qué sería todo. La vida se perdería como un dato. El ideal de una continuación del orden dado, sin búsqueda de huevo virgen, soñado, silbado, huevo de sexualidad desviada, ese ideal es un territorio indeseable.         



*DELEUZE, G, La isla desierta y otros textos(Textos y entrevistas 1953-1974),Edición: Lapoujade D. Traducción: Pardo J. L. Pre-Textos, 2005. p. 18     
**DELEUZE, Ídem,. p. 19

03 agosto, 2018

Una escena de Dogville recorrida a través de la noción de biopoder en Foucault





Propósito del siguiente escrito: Indagar si en el film Dogville[1] hay a) lo que Michel Foucault define como “gubernamentalidad” o bien b) todo se resuelve en relaciones de poder sin que el poder circule o sea centralizado por instituciones. Intentaremos comenzar explicando qué implicancias pueden rastrearse en el film si tomamos como supuesto el punto a)
Algo que nos pareció bastante impresionante de la película es el vuelco que da en el último capítulo y que la vuelve completamente reaccionaria. Pues si por el desarrollo tan largo del film nos va acostumbrando a que no hay estado y todo parece resolverse en relaciones de poder, lisas y llanas, entre “iguales”, hacia el final Grace de algún modo se desenmascara y ejerce la soberanía de la manera más cruenta. Grace hace las veces de “estado de excepción” y decide sobre la vida y muerte del pueblo devenido completamente súbdito suyo.  
Hemos elegido ese último capítulo del film y en particular esa escena del diálogo entre Grace y el jefe mafioso. Los hombres que desde hace tiempo buscan a Grace llegan al pueblo y son conducidos hasta donde está prisionera. A punta de pistola exigen su liberación. Cuando llega el cadillac que trae al presunto jefe de la banda Grace es conducida hacia el interior del vehículo. Ahí por primera vez el espectador descubre que el capo de los maleantes es su padre. Si bien, este encuentro nos lleva al conflicto inicial de la película; Grace escapando de los tiros de quien sabemos ahora es su propio padre, va a ocurrir un deslizamiento muy interesante. Ellos, padre e hija, discuten acerca de su historia personal-afectiva, sus papeles, hablan del poder; de heredarlo de compartirlo de estar enfrentados por la elección de formas de vida que a las claras son contrastantes. Repentinamente el objeto de disputa entre ellos se desliza hacia Dogville, y el intercambio de palabras pone en consideración, sin más, qué derecho a la existencia tiene este pueblo. Ellos fueron injustos le dirá el padre, ellos hicieron algo que vos no te perdonarías a vos misma. Mientras que Grace argumenta que puede sentir piedad por esos débiles y que la condición de vida es determinante para las elecciones que se toman. Y el padre replica que Grace es arrogante que en el fondo los perdona porque los considera inferiores a ella y sobre todo incapaces de alcanzar el estatuto de su ética y de sus valores morales. El modo en que el padre argumenta se torna deontológico y universalista. Lo determinante son los principios éticos que uno tiene, parece decir, eso es lo que nos guía y ordena. O nos alejamos o nos acercamos a esos principios y nos medimos y medimos al prójimo a partir de tales principios. Convencida de que los argumentos de su padre son más fuertes Grace contempla al pueblo por última vez y según dice el narrador, ve solo espinas donde antes veía grosellas. Y toma la decisión final que es masacrar a todo el pueblo. Creemos que lo que hace compleja la escena en relación a todo el resto de capítulos es algo que Foucault señala cuando analiza la cuestión del racismo moderno y dice que la singularidad de su funcionamiento es que combina las técnicas de biopoder  con los modos tradicionales de ejercer la soberanía. Señala lo siguiente:
En líneas generales, creo que el racismo atiende la función de muerte en la economía del biopoder, de acuerdo con el principio de que la muerte de los otros significa el fortalecimiento biológico de uno mismo en tanto miembro de una raza o una población, en tanto elemento en una pluralidad unitaria y viviente. Podrán advertir que, en el fondo, aquí estamos muy lejos de un racismo que sea, simple y tradicionalmente, desprecio u odio recíprocos de las razas. También estamos muy lejos de un racismo que sea una especie de operación ideológica mediante la cual los Estados o una clase tratan de desviar hacia un adversario mítico unas hostilidades que, de lo contrario, se volverían contra [ellos] o socavarían el cuerpo social. Creo que es algo mucho más profundo que una vieja tradición o una nueva ideología; es otra cosa. La especificidad del racismo moderno, lo que hace su especificidad, no está ligada a mentalidades e ideologías o a las mentiras del poder. Está ligada a la técnica del poder, a la tecnología del poder. Está ligada al hecho de que, lo más lejos posible de la guerra de razas y de esa inteligibilidad de la historia, nos sitúa en un mecanismo que permite el ejercicio del biopoder. Por lo tanto, el racismo está ligado al funcionamiento de un Estado obligado a servirse de la raza, de la eliminación de las razas y de la purificación de la raza, para ejercer su poder soberano.[2]
Cuando ocurre la matanza y exterminio del pueblo de Dogville podemos tener cierta sensación de que todo aquello fue un experimento. Una carnada para ver qué le pasaba al pueblo, cómo el pueblo gestionaba sus capacidades. En este sentido podríamos hablar de la biopolítica que el estado ausente o aquellos que vendrían a ser su policía, sus fuerzas de seguridad, sus SS ejercen sobre la población para proyectar su modo de ser/hacer población. Pues además, esos maleantes actúan al margen del estado, en complicidad con el estado o son el estado que autoriza en su ausencia (retiro) a todo el cuerpo social a dar muerte. Según el narrador, quien presumiblemente nos está traduciendo en palabras, la mirada y los gestos y los pasos de Grace; “si alguien podía corregirlo tenía el deber de hacerlo, por el bien de otros pueblos, por el bien de la humanidad y por el bien de ese ser humano que era ella misma”.[3]  Frente a la pregunta de por qué masacrar a una comunidad que está hundida en la abyección y la mezquindad entendemos que no se trata de mostrar que tal cosa ocurre porque exista un cierto odio racial, ideológico, como si dijéramos un pueblo que se precie de ser bien constituido no puede llamarse “Dogville”. Se trata de mostrar un procedimiento del poder a través de los mecanismos propios del biopoder cuya finalidad es aumentar siempre el control y acrecentamiento de la vida. Una regulación de poblaciones, una homeóstasis que el poder activa sobre la totalidad del cuerpo social para poner en equilibrio el sistema.
Saliendo un poco del supuesto de que hay un poder gubernamental en Dogville, nos gustaría preguntar qué papel juega la sexualidad en la trama del film, sabiendo que sexualidad es uno de los nudos problemáticos de la cuestión del gobierno para Foucault. Y preguntaríamos cómo llega a ser la sexualidad y su necesidad de mostrarse, de afirmarse, de desearse, el modo en que el vínculo entre Grace y Dogville parece hacerse añicos. Así se gana el odio de las mujeres, así se gana el abuso de varios varones inescrupulosos o que consideran que si bien es un acto no moralmente bueno, es una justa paga por favores hechos a Grace. Paradigmático es el caso de Tom que sufre una conmovedora decepción por no poder por una vía amorosa disfrutar del cuerpo de Grace, y tener que soportar la humillación de ver cómo el resto de los varones de la comunidad hace uso de ella. El tema sexual es para Foucault un cruce que pone en contacto la cuestión de las disciplinas individualizantes y la cuestión de la regulación de la vida. Articula por tanto la cuestión del individuo y la cuestión de la población. Para la sociedad del siglo XIX el cuerpo debe ser intervenido a nivel individual tanto por la moral, en este caso podríamos pensar en dispositivos educativos, tanto privados como públicos, y por el dispositivo médico. Hay que vigilar el cuerpo para que pueda ser útil, para que pueda trabajar, para que pueda rendir de modo productivo. La sexualidad se torna riesgosa en la medida en que tiende a producir desvíos, ya desde la infancia se evidenciaría una íntima relación entre sexualidad y vicio. Para el saber médico de la época no frenar esos desvíos a tiempo puede dar lugar a enfermedades en el futuro, tanto orgánicas como mentales. Además por equipararse a la reproducción la sexualidad interesa a los fines de la natalidad, la morbilidad, las mediciones poblacionales.[4] Creemos en este sentido que el cuerpo mujer sobre el que comienzan a darse una serie de pujas es algo que disloca la escena comunitaria y es la misma escena comunitaria la que pasa inmediatamente a apropiarse de ese cuerpo individual en el sentido sexual cuando considera que ese cuerpo es deudor, en el sentido económico, por la protección y los cuidados que se le prodigan.
Si nos preguntamos cuáles son las técnicas del poder en Dogville ahí uno de los personajes más interesantes de la película es Tom. Porque este personaje encarna el desafío de la igualdad, tal como lo problematiza Jacques Rancière[5]. Somos iguales, entonces por qué no vamos a poner a prueba esa igualdad. Es el personaje que propone el desafío. Ver si vamos a ser capaces de aprender, si vamos a ser capaces de convivir con lo extraño, si es cierto que somos hospitalarios[6]. En general las investigaciones de Foucault están pensadas en relación a una presencia fuerte del estado, justamente quien interviene sobre la normalidad, sobre la sexualidad y la raza es el estado y sus aparatos. De ahí que haya un peligro siempre latente en el hecho de que el estado adquiera cada vez más espacios u ocupe toda la escena de relaciones interpersonales.  Pero entonces volvemos a preguntar, como se va a plantear Foucault, ¿qué pasa en un caso en que el estado es ausente, qué es lo que ocupa la escena en ese caso? ¿Formas del mercado en Dogville donde solo hay montañas y caminos que no conducen a ningún sitio?
Creemos que Tom encarna de manera genuina al investigador, al genealogista. Su especialidad son las relaciones de poder y su tema específico la hospitalidad. “Para probar que en el pueblo nadie aceptaba nada. Necesitaba un ejemplo. Un regalo.”[7] Ayudar a Grace, poner a prueba a Grace y en doble sentido poner a prueba a la comunidad, ya que hacia el final la captura de Grace por Dogville es en verdad una captura de Dogville por Grace. Pero su búsqueda es particularmente interesante porque supone una práctica. Habilitar la palabra de todos los iguales en la asamblea, buscar un motivo por el que deban exponerse, dar su punto de vista. Tom hace experimentar el vacío a sus conciudadanos, rompe ese conformismo cristalizado. Intenta hacerlos ver y ese ver es al tiempo un verse, un poner al desnudo a través de lo que él llama la “ilustración”, el “ejemplo”.  Luego será una realidad ilustrada espesa que no parará de crecer y expondrá al pueblo a su verdadero enemigo que es su sí mismo. Ya que la historia mostrará que los ciudadanos no están a la altura del desafío, se hundirán en sus prejuicios, su envidia, su miedo. Pero el poder son relaciones interpersonales eso queda claro en Dogville. Acciones sobre acciones. Tom tiene un gran problema en este sentido, hay escenas muy elocuentes donde el personaje experimenta este vértigo. Es sin lugar a dudas la ilustración del fracaso, se dibuja eso todo el tiempo en su rostro. Pues si bien es el artífice, -él mismo le dice a Grace esto es como un juego-, no es capaz de gobernar el conjunto de las acciones. Puede ser filósofo pero no conductor. Puede ser una especie de visionario analista del estado de cosas pero no un agente de los cambios efectivos. Logra hacer girar la rueda de las relaciones, conquistar espacios de libertad para desenvolver y desenmascarar al pueblo pero ese juego se le va de las manos; otra vez acciones sobre acciones. Un ejemplo de esto es que no puede hacer nada contra los abusos sexuales a los que es sometida Grace y hasta termina más preocupado por ver marginada su masculinidad. Lo curioso es que todo este proceso de exploración de lo mismo y lo otro encuentre un desenlace fatal. Si bien como más arriba argumentamos Foucault señala:
La yuxtaposición o, mejor, el funcionamiento, a través del biopoder, del viejo poder soberano del derecho de muerte implica el funcionamiento, la introducción y la activación del racismo. Y creo que éste se arraiga efectivamente ahí. En esas condiciones, podrán comprender entonces cómo y por qué los Estados más asesinos son al mismo tiempo, y forzosamente, los más racistas. Aquí hay que considerar, desde luego, el ejemplo del nazismo. Después de todo, el nazismo es, en efecto, el desarrollo paroxístico de los nuevos mecanismos de poder que se habían introducido desde el siglo XVIII. Por supuesto, no hay Estado más disciplinario que el régimen nazi; tampoco Estado en que las regulaciones biológicas vuelvan a tomarse en cuenta de manera más porfiada e insistente. Poder disciplinario, biopoder: todo esto recorrió y sostuvo a pulso la sociedad nazi (a cargo de lo biológico, de la procreación y de la herencia; a cargo, también, de la enfermedad y los accidentes). No hay sociedad a la vez más disciplinaria y aseguradora que la que introdujeron o en todo caso proyectaron los nazis. El control de los albures propios de los procesos biológicos era uno de los objetivos inmediatos del régimen. Pero, al mismo tiempo que existía esa sociedad universalmente ase- guradora, universalmente reguladora y disciplinaria, a través de ella se producía el desencadenamiento más total del poder mortífero, es decir, del viejo poder soberano de matar. Ese poder de matar, ese poder de vida y de muerte que atraviesa todo el cuerpo social de la sociedad nazi, se manifiesta, en principio, porque no se otorga simplemente al Estado sino a toda una serie de individuos, a una cantidad considerable de gente (ya se trate de las SA, las SS, etcétera). En última instancia, en el Estado nazi todo el mundo tiene derecho de vida y de muerte sobre su vecino, aunque sólo sea por la actitud de denuncia, que permite efectivamente suprimir o hacer suprimir a quien tenemos al lado. Por lo tanto, desencadenamiento del poder mortífero y del poder soberano a través de todo el cuerpo social.[8]
Necesidad por tanto de hacer morir en todas las direcciones porque el hecho de que el cuerpo social en su totalidad sea la instrumentación del poder mortífero del estado es lo que muestra que la comunidad es víctima de su propia capacidad de controlar, cazar, someter y matar.
Antes de finalizar este breve análisis querríamos volver sobre el punto que más arriba hemos mencionado como aspecto b). Para esto un breve comentario acerca de aquello que a Foucault más le ha interesado desarrollar a lo largo de toda su obra; la cuestión del sujeto. Poder comprender los procesos de subjetivación. Poder señalar aquellas capturas en las que los individuos son por así decir encapsulados y que el trabajo de comprensión genealógica viene a mostrar cómo desanudar esas lógicas para conquistar espacios de mayor libertad subjetiva.  Y si desde este enfoque b) lo que se explicita es que todo son relaciones de poder y no aparece claramente una institucionalidad fuerte, deberíamos decir que en esa escena final Grace es sujetada por la autoridad paterna que es como sabemos su contracara, aquella herencia que rechaza.  Esto implica que Grace queda atrapada en las garras del poder por más que las imágenes muestren que ella acciona desde el lugar del poder. Su lucha, la lucha de Grace, sus necesidades más inmediatas[9], su necesidad de escapar, es decir su gesto más auténtico de libertad se terminan. Las relaciones de poder y las luchas que éstas plantean implican que rechacemos lo que somos y que no nos queramos atar a identidades impuestas o mandatadas. Es así que en esta última escena las acciones de Grace no son como desde el punto de vista de a) se había plateado acciones soberanas. Sino acciones de pura violencia que se imponen sobre los débiles como si fueran parte de un decorado. En cambio Grace sí siente todo el peso del poder y se entrega a esa incitación[10], resiste, busca ser reconocida se retira proyecta y retorna a buscar nuevas respuestas. Siempre está la posibilidad de que se rebele porque es un campo de posibilidades  abierto la voluntad de aquel que es objeto de gobierno. Pero más allá de su libertad de acción el alcance del poder implica que esas decisiones están funcionando en un campo[11] previamente estructurado por el poder.     




[1] Lars Von Trie (Director), 2003, Dogville, Dinamarca, Zentrope Entertaiment (Productora).
[2] Ver FOUCAULT, M., Clase del 17 de marzo de 1976 en Defender la sociedad. Bs As: FCE. 2000. p. 233.

[3] Cf. Lars Von Trie, Ídem, 02:35´:57´´.
[4] Cf. FOUCAULT, M, Ídem,pp. 227,228.
[5] Cf. RANCIÈRE, J. (2004) Política, identificación, subjetivación en Revista Metapolítica. Vol. 8. Número 36. pp. 26-32.

[6] Cf. RANCIÈRE, J. Ídem, “Es así que se puede dejar de lado el debate sin salida entre universalidad e identidad. El único universal político es la igualdad. Pero ésta no es un valor inscripto en la esencia de la humanidad o la razón. La igualdad existe y tiene un efecto universal en tanto que ella se pone en práctica. No representa un valor que se invoque sino una universalidad que debe ser postulada, verificada y demostrada en cada caso. La universalidad no es el principio de la comunidad con lo cual contrastarían las situaciones particulares. Ella es una operadora de demostraciones”.(p.2) (…)¿Qué es un proceso de subjetivación? Es la formación de un uno que no es un yo o uno mismo sino que es la relación de un yo o de uno mismo con un otro. (p.2)
[7] Cf.Lars Von Trie, Ídem, (2 00:08`:56``)
[8] Cf. FOUCAULT, M, Ídem, p. 234.
[9] Cf. FOUCAULT, M.  El sujeto y el poder en Revista Mexicana de Sociología, Vol. 50, No. 3. pp. 3-20. 1988.p. 6.
[10] Cf. FOUCAULT, M, Ídem, p. 15.
[11] Cf FOUCAULT, M, Ídem,p. 15.

19 junio, 2018

Manuel Belgrano y la educación para todes. Algunos aspectos de su pensamiento económico.

Como jefe del Ejército del Norte Manuel Belgrano encabezó el éxodo jujeño ante el avance de las fuerzas realistas del general Goyeneche. (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)
Nacido en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, Manuel Belgrano estudió en el Colegio Real San Carlos (hoy Nacional de Buenos Aires). Más tarde se trasladó a Valladolid, junto a su hermano, para estudiar leyes. A su regreso a Buenos Aires, con apenas 23 años y recibido de abogado, asumió las tareas de secretario en el Consulado porteño. Belgrano murió en el olvido y la pobreza total, el 20 de junio de 1820, atacado por una agobiante enfermedad. Hoy es recordado por muchas cosas: como creador de la bandera, ingeniero del “éxodo jujeño”, comandante del Ejército del Norte y por haber destinado los 40 mil pesos oro de premios en la construcción de escuelas en las provincias del norte. (Fuente: www.elhistoriador.com.ar  En esta oportunidad nos gustaría detenernos en algunos aspectos programáticos vinculados a su gran sensibilidad social y su aguda visión de la convulsionada época que le tocó vivir. Además, el pensamiento económico, educativo, político y social de Manuel Belgrano nos debería ayudar a identificar varios de los problemas por los que atraviesa nuestro país hoy. Belgrano pensó, trabajó, vivió y murió hace ya 198 años y sin embargo sus reflexiones y posiciones no han perdido actualidad. En estas escasas líneas intentaremos mostrar una versión de Belgrano que nos permita hacer perceptible, por qué se trató de un visionario, un adelantado en su época. En cuestiones educativas Belgrano tiene una postura coherente, orgánica, él considera que jamás se desarrollará lo que hoy podríamos denominar una “cultura del trabajo” sin educación. No se puede pensar el comercio, la agricultura, la industria y hasta la felicidad de la población que es una consecuencia de que exista todo lo anterior, sin educación. Lo dice del siguiente modo en el año 1810, dos meses antes de la Revolución:
“¿Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el Gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos? Hubo un tiempo de desgracia para la humanidad en que se creía que debía mantenerse al Pueblo en la ignorancia, y por consiguiente en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de sujeción; pero esa máxima injuriosa al género humano se proscribió como una producción de la barbarie más cruel, y nuestra sabia legislación jamás, jamás la conoció […]. Pónganse escuelas de primeras letras costeadas de los propios y arbitrios2 de las Ciudades y Villas, en todas las Parroquias de sus respectivas jurisdicciones, y muy particularmente en la Campaña, donde, a la verdad, residen los principales contribuyentes a aquellos ramos y a quienes de justicia se les debe una retribución tan necesaria. Obliguen los Jueces a los Padres a que manden sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz de dictar. (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)
Si pasamos ahora a otro eje pilar de sus análisis, el problema de la industria, notamos que el diagnóstico de Belgrano se proyecta desde su presente hacia el futuro con total clarividencia. Hoy vemos que el estado no garantiza que todos tengan acceso a los servicios básicos (luz, gas, agua) y muchas empresas pequeñas quiebran por no poder afrontar las cargas de impuestos y los costos de producir en nuestro país. También vemos que los pequeños productores locales no pueden competir contra el “combo” ola de importaciones, o sea productos que provienen de otras economías más fuertes, y tarifas fuera de control. Nosotros vivimos en una ciudad inmensa y esta degradación de la vida material de las personas no se experimenta de un día para el otro. Sin embargo, en ciudades y pueblos más periféricos se vive esto como una desgracia inmediata. Porque las economías regionales dependen muchas veces de unas pocas empresas que al declinar clausuran las perspectivas de subsistencia de pequeñas comunidades. A diario escuchamos que en tal localidad o pueblo cerró una fábrica y esto dejó a cientos de familias a la deriva. Ante estas situaciones hoy el estado no interviene y parece solo preocupado por flexibilizar y reconvertir trabajadores. Sin embargo todo tiende a mostrar en el horizonte más desocupación. En relación a estos temas apunta Belgrano hacia el año 1802 cuando se desempeña como secretario del Consulado:
«la importación de mercancías que impiden el consumo de las del país o que perjudican al progreso de sus manufacturas, lleva tras sí necesariamente la ruina de una nación». [deben por sobre todas las cosas evitarse] «los grandes monopolios que se ejecutan en esta capital, por aquellos hombres que, desprendidos de todo amor hacia sus semejantes, sólo aspiran a su interés particular, o nada les importa el que la clase más útil al Estado, o como dicen los economistas, la clase productiva de la sociedad, viva en la miseria y desnudez(…) (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)
Su planteo económico tiene como uno de sus ejes principales sentar las bases para una industria nacional. Es un convencido muy tempranamente de que, para decirlo con ejemplos de hoy, no podemos conformarnos tan solo con vender soja y extraer riquezas del suelo a través de la minería. Y lo dice así:
“Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus Estados a manufacturarse y todo su empeño es conseguir no sólo darles nueva forma, sino aun extraer del extranjero productos para ejecutar los mismos y después venderlos. Nadie ignora que la transformación que se da a la materia prima, le da un valor excedente al que tiene aquella en bruto, el cual puede quedar en poder de la Nación que la manufactura y mantener a las infinitas clases del Estado, lo que no se conseguirá si nos contentamos con vender, cambiar o permutar las materias primeras por las manufacturadas” (Fuente: www.elhistoriador.com.ar)
¿No deberíamos en este sentido considerar que necesitamos cada vez mayor capacitación científica y técnica? Hoy por un lado se nos dice que tomemos como modelo a los países más avanzados y se nos habla de modernización. Y sí, es cierto que esos países invierten en educación, tecnología y pretenden que cada vez mayores capas de la sociedad obtengan saberes más específicos porque el mercado de trabajo tiende a la sofisticación. Pero aquí sin embargo, hay jefes o jefas de estado que nos intentan convencer de que los pobres no deberían cursar estudios superiores. Opinamos que el creador de la bandera encontraría ese tipo de frases muy desacertadas. Belgrano, al contrario, articula fuertemente la cuestión de la libertad, la cuestión del trabajo y de dar la posibilidad a todos y todas para que desarrollen sus potencialidades, pero no en soledad sino defendiendo el papel de un estado que interviene e instruye. Entendemos que la radicalidad y la genuina postura de Belgrano en cuestiones de justicia social e igualdad de oportunidades se evidencia en su defensa de una equitativa distribución de las tierras públicas. Tenemos entonces por un lado el andamiaje educación pública; en segundo lugar el andamiaje industrialización nacional y ahora la propuesta de una reforma de la propiedad de la tierra. La propiedad de la tierra debe ser de quien la trabaja. Sabemos que históricamente nuestras tierras han pertenecido y pertenecen aún hoy a tan solo unas quince familias ricas. No es posible hablar de igualdad de oportunidades si no se es propietario de la tierra que se trabaja. Completamente a contramano de esta propuesta de reforma agraria de la cual Belgrano es un pionero defensor, en la actualidad vemos desfilar ante nuestros ojos cómo se concentra la propiedad de la tierra incluso en manos de compañías e inversores extranjeros como ocurre en Río Negro. En el siguiente pasaje tenemos un ejemplo de este Belgrano propulsor de algo tan revolucionario como una reforma agraria:
( …)se podría obligar a la venta de los terrenos que no se cultivan, al menos en una mitad, si en un tiempo dado no se hacían las plantaciones por los propietarios; y mucho más se les debería obligar a los que tienen sus tierras enteramente desocupadas, y éstas limitaran con nuestras poblaciones de campaña, cuyos habitadores están rodeados de grandes propietarios y no tienen ni en común ni en particular ninguna de las gracias que les concede la ley: motivo porque no adelantan…”. (www.elhistoriador.com.ar)
Para terminar, Manuel Belgrano fue adelantado también en cuestiones de género. No es para nada común que a fines del siglo XVIII o comienzos del XIX un intelectual se haga este tipo de planteos. En concreto fue el primero en escribir sobre la situación legal y cultural de la mujer. Argumentando que debe haber igualdad de derechos entre varones y mujeres; acceso de la mujer a todos los niveles de educación, ya que en su época era común sostener que las mujeres tenían capacidades intelectuales inferiores a las de los hombres. Belgrano considera como una necesidad imperiosa que las mujeres accedan a la educación. Pues señala que nuestra sociedad en formación no desarrollará valores fundamentales como la verdad y la justicia si las mujeres permanecen al margen de este proceso.

31 mayo, 2018

DIVERSIDAD DE LO PERSONAL Y LO PÚBLICO EN UNA MUJER FANTÁSTICA (2017)



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Introducción
Marina Vidal una mujer de no más de treinta años, transgénero, mesera en un restaurante y cantante. En pareja con Orlando un hombre de unos sesenta años, propietario, clase media, divorciado o separado con hijos. De manera repentina Orlando muere y a partir de allí la historia muestra cómo Marina debe lidiar con esta situación. No la pérdida de su amor, eso es algo que el ritmo frenético de sus problemas no le deja casi experimentar. Debe hacer frente a los ataques y discriminaciones de la familia de Orlando. Las interpelaciones (persecuciones) policiales, médicas. Para decirlo rápido ella solo demanda poder participar del funeral de Orlando y heredar su perra. Como contrapartida solo recibe destrato y violencia. Por lo demás, el singular modo en que Marina Vidal se para frente a la vida, su vida y su lucha por ser reconocida, articula el potencial formidable de esta película[1].  

Identidades solas y acompañadas.
A partir de esta película intentaremos abordar la cuestión de la diversidad sexual deteniéndonos en las características propias de este material para pensar específicamente estos problemas de la identidad sexual y de género. Cuestiones tales como la igualdad. Quién tiene derecho a amar y ser amado, a circular libremente. En definitiva a vivir. Tal como lo encontramos en el cancionero Por ese palpitar[2]  esas identidades de la diversidad sexual hablan de su posición deseante, adoptan determinadas posturas críticas frente al modo en que el género interpela su ser subjetivo. Como dice Moris 1970[3]:
 El hombre tiene miedo de ver la verdad,
de ver que él era algo que no podía definir
de ver que al fin su sexo pudo ser o no ser
que no era absoluto, que podía ser la flor(…)
En la escena rockera de Argentina, en el último tercio del siglo veinte puntualmente, a medida que van pasando los años, ese modo de nombrar el deseo y la configuración identitaria se va haciendo más explícito. Al principio esos yoes discursivo-poéticos mantienen una actitud ambigua, permiten una interpretación más libre y se supone que en su expresión hay también algo de ponerse al resguardo de la mirada pública. Como en esta canción de Marilina Ross 1980[4]:
Me nació este amor, sin que me diera cuenta yo
 tal vez el miedo no dejó que apareciera.
Y creció este amor alimentándose en el sol
 de los amaneceres de Puerto Pollensa.
 Y no me animé a decirte nada
 pánico porque me rechazaras.(…)
Podemos ver otros ejemplos del cancionero Por ese palpitar, más contemporáneos y entonces observar cómo esas identidades se multiplican se diversifican se enriquecen y cobran fuerza desde lo declarativo. Afirmándose en su estar. Eso es lo que acontece en este film donde una mujer con una identidad distinta de la normativa de género femenina y masculina irrumpe en el espacio público. Circula por instituciones públicas, interactúa con funcionarios y personas de su entorno y podríamos decir que el espacio se ve por momentos conmocionado, si es que ella decide habitarlo en un sentido fuerte. Pareciera ser que en nuestro presente ciertas identidades de género pueden circular hasta cierto punto. Mientras la cosa va con total normalidad, pero en cuanto hay algún tipo de emergente ahí aparece la discriminación y el ataque. Agreguemos al pasar algo en relación al contexto de producción de este film. Opinamos que intenta documentar a partir de una historia de ficción una problemática candente en la sociedad chilena actual, pero que se puede hacer extensiva a muchas comunidades latinoamericanas. Sin entrar en el detalle de la legislación en materia de género actual de Chile, se hace patente que la evolución en materia de derechos para las minorías sexuales es, en la práctica, un recorrido lleno de escollos. La cotidianeidad y las relaciones de poder en las instituciones no acompañan siempre los cambios en las legislaciones. Un ejemplo en el film es la escena en el hospital, el dispositivo médico-policial no sabe ni quiere ni puede escuchar el nombre transgenérico. El médico se ofusca y pregunta si es un apodo que ese cuerpo sea nombrado ´Marina´. El policía apela a la nominación del aparato registrador y dice lo que es, es lo que está escrito en esta cédula.      
Un modo inmediatamente ordenador de los conflictos y secuencias de esta película es la noción de «sociedad patriarcal» tal como la caracterizan Tarducci y Zelarayán:
“Al orden social donde la diferencia sexual se transforma en desigualdad social se lo denomina patriarcado. Uno de los indicadores del patriarcado es la delimitación del campo social en dos zonas: una “esfera pública”, considerada dominio de los hombres, y un “ámbito privado”, propio de las mujeres.”[5]
Si bien aquí lo que se establece es la dicotomía básica entre lo que es del varón y lo que es de la mujer, podemos hacer extensiva esta distinción a la identidad femenina transgénero de Una mujer fantástica. Lo importante es ver que Marina puede transitar el ámbito privado de un modo distinto a cómo transita el ámbito público, allí es rechazada, echada, su vida corre peligro. Debemos aclarar que lo privado está asociado no solo a la casa, a lo más interior, lo que comúnmente se entiende como lo doméstico, sino a ciertas zonas de su vida que funcionan como territorios seguros de manera que allí ella no está sospechada, puesta en entredicho todo el tiempo. Su trabajo es un ejemplo; un bar donde su empleadora la conoce, hay allí un aire de desprejuicio evidente, cierta complicidad.
Querríamos argumentar que se torna realmente una curiosidad que ella no pueda habitar el mundo de los demás y su mundo personal del mismo modo si está sola que si está acompañada. Como si su identidad fallada o monstruosa[6] no pudiera prescindir de ser complementada por alguna identidad más ortodoxa, más normal. El paradigma sería el siguiente: cuando está acompañada de su pareja, un hombre de clase media, blanco y “heterosexual”, es decir, cuando está acompañada del representante del género hegemónico las cosas van bien para ella, puede estar. ¿Qué pasa cuando el referente-complemento ya no está? El cimiento de su mundo cede. No solo el estado con su carga de autoritarismo burda y la perversidad de sus funcionarios la sobrevuelan, sino personas que se sienten llamadas a defender los valores del género heteronormativo. En este sentido señalan Tarducci y Zelarayán:
“(…)la famosa frase “lo personal es político”(…), hace referencia a que el poder no solo está en las estructuras sociopolíticas tradicionales, sino también en los espacios de la intimidad, como el hogar, la familia, el amor, la sexualidad”.[7]     

Antígona y la vieja tensión entre lo familiar-personal y lo público-político.
La cuestión de la tensión que según nuestra interpretación del film se da en el ámbito de la vida personal de la protagonista produciéndose estas formas escindidas donde, como señalábamos antes, una vez que ese pilar complementario que es su pareja deja de estar  entonces su apoyatura, su cimiento, ya no la sostiene, la intentaremos enriquecer con algunos comentarios de la pensadora Judith Butler. Quien analiza la tragedia de Sófocles Antígona donde justamente interactúan alrededor de la figura identitaria tan compleja de la hija de Edipo el ámbito de lo familiar-personal contrapuesto al ámbito público. Algunos desarrollos que allí aparecen pueden aportarnos elementos para pensar la singularidad de esta película. La noción de rebelión en Antígona es central. Antígona es repelida y muerta por fuerzas normalizadoras que en su caso particular se remiten al orden de lo político-institucional. En el caso de Antígona la relación de tensión con el orden público se da a partir de la contradicción entre lo familiar, lo afectivo, el amor y lo que el estado le exige a Antígona como ciudadana. En el caso de Marina Vidal ella pasa a ser vista como potencial delincuente, sospechada y carente de condición de ciudadanía al no estar ya más acompañada en su ámbito personal por la normatividad de género que el estado reconoce como válida. Pero la normatividad de género es mucho más compleja que un poder de policía; funciona como un plexo de relaciones donde lo performativo del género, ese desempeñar papeles, ese actuar, implica que el control y la represión pueda ejercerla cualquiera. En Antígona un edicto oficial prohíbe –a todos- que la hermana despida al hermano muerto en el campo de batalla. Aquí en el film se trata del no reconocimiento de un cuerpo vivo, llamado Marina Vidal, por parte de cualquiera, en este caso la familia del difunto Orlando. Marina no puede participar del funeral, no está apta para que su cuerpo aparezca en ese ámbito familiar y público a la vez. Ella reclamará su derecho a despedirse del cuerpo de su compañero que ahora no es el cuerpo muerto repudiado como lo fue el de Polinices. Ahora el cuerpo repudiado es el de Marina y el cuerpo muerto es el cuerpo amado por cualquiera. Se le disculpan los deslices, las rarezas de género a ese cuerpo masculino en tanto ahora ya muerto vuelve a ser plenamente el cuerpo de un varón blanco, con dinero (patrimonio) y “heterosexual”.
Es sintomático como Marina es atacada en reiteradas oportunidades por las leyes del parentesco en nombre de la familia. La entrevista que tiene con Sonia la ex-mujer de Orlando lo ilustra:
Sonia: Bueno. Cualquier cosa yo solo te pido disculpas, yo solo estoy protegiendo a mis seres queridos… nada más. Tú no vas a ir a ningún funeral y a ningún velorio. ¿Entiendes? Ya no sé cómo explicártelo, ¿qué quieres que te diga? Daniel! No vas a ir al fu ne ral. Ni a ninguna parte. Por favor, déjanos llevar este duelo en familia! Como tiene que ser, no te aparezcas! Te lo pido como mamá. Y piensa que hay una familia completa, devastada, en shock! [Y remata] Me sacaría un pulmón si fuera necesario por mi hija.[8]
 Inversamente a Antígona quien se vuelve insociable en nombre de lo parental (y muere defendiendo esa verdad), Marina es sociable y canaliza su violencia interna solo puertas adentro. Hay en el personaje un deseo tapado de romper todo, de pasar por la picadora de sus puños la “maldad del mundo”. Pide que lo parental la reconozca porque poder participar de la relación familiar solo exige afecto. Mientras que la visión arcaica de la ex-esposa Sonia habla de sangre, maternidad, donación de órganos, sentidos que siempre se clausuran. Todas sus palabras son como escupitajos frente a la templanza del canto de Marina.
Es atacada en nombre de lo familiar eso está claro. Tal como siempre se ha visto por ejemplo la iglesia entiende que el homosexual es un riesgo para la familia; algo que podría corroer la idea sagrada de lo familiar. Es cierto que en el personaje de Marina se presenta algo que Butler comenta diciendo que lo simbólico; el legado edípico está en crisis en nuestros tiempos o desde hace ya tiempo y a algunos eso parece molestarles. La consecuencia de que eso simbólico se haya borroneado implica que la familia se haya dispersado que los lugares hayan quedado vacantes hayan sido desplazados y ocupados por nuevas figuras. Butler lo formula así:
 Si la estabilidad del lugar maternal no se puede asegurar, y tampoco la del paternal, ¿qué le pasa a Edipo y a la prohibición que defiende? ¿Qué ha engendrado Edipo?
Planteo esta pregunta, por supuesto, en un momento en el que la familia es idealizada nostálgicamente en diferentes formas culturales; una época en la que el Vaticano protesta contra la homosexualidad, no sólo acusándola de ser un ataque a la familia sino también a la noción misma de lo humano, donde ser humano, para alguna gente, implica participación en la familia, en su concepción normativa. Pregunto esto en un momento en el que los hijos e hijas, debido al divorcio y los segundos matrimonios. Debido a las migraciones, el exilio y situaciones de refugio, debido a diferentes tipos de movilidad global, pueden ir de una familia a otra, de una familia a ninguna familia, de ninguna familia a una familia o vivir, psíquicamente, en el cruce de la familia, en multi­ plicidad de situaciones familiares en las que puede haber más de una mujer que actúa como madre, más de un hombre que actúa como padre, o ningún padre, ninguna madre, ninguno de los dos, o con medio-hermanos que a la vez son amigos -éste es un momento en el que la familia es frágil, porosa y expansiva.[9]
Marina expresa por supuesto esta movilidad. Está en pareja con un hombre que le lleva unos treinta años, además su hermana y su cuñado son su familia pero a la vez interactúa con ellos como si fuesen sus amigos. Su profesor particular de canto es su referente artístico-afectivo, una mezcla de autoridad paternal una amistad en sentido amplio y profundo. Las cosas también se resitúan de un modo singular, si bien una perra no es una cosa es cierto que las personas tenemos una relación de propiedad con las mascotas.  En este sentido, Marina reclama a la perra de su pareja fallecida como si reclamara el bien más preciado; como si se tratara de joyas, dólares o una finca.   
Hay identidades que por ser portadoras de un carácter tan subversivo deben ser relegadas a lo interior. Si bien lo femenino es históricamente aquello que encuentra su pertenencía en lo interior, también es un dato que al menos en el mundo occidental desde el siglo veinte esto se ha transformado. Podríamos decir que las reivindicaciones de las sufragistas a principios del siglo veinte son conquistas en la actualidad. Pero en el caso de una identidad transgénero se la conmina a Marina por así decir a guardarse, a alejarse de lo público. Como señalamos antes, el papel de policía de género lo cumple cualquiera porque el género captura las subjetividades y las hace actuar, por eso aquí se ve a varias mujeres siendo portavoz del orden patriarcal concentrado.
Para cerrar, podríamos preguntarnos: ¿por qué aún hoy hay ciertos cuerpos que no pueden ser leídos, reconocidos y por lo tanto aceptados? ¿Cómo se pueden producir las condiciones para que cuerpos diversos se tornen inteligibles?[10] Ser un cuerpo ininteligible es como en la escena en el estacionamiento en que otra vez Sonia le dice a Marina, tú para mí eres una “quimera”[11]. Es decir un tipo de entidad que este personaje Sonia no puede llegar a categorizar como real; su ética no es lo suficientemente elástica como para dar cuenta de que Marina sea mujer y persona.  





[1] Ver de DIOS, LARRAÍN, MAZA, LELIO (Productores) LELIO S. (Director) (2017) Una mujer fantástica. Chile. Fábula Prod.
[2] Por ese palpitar. Canciones para un deseo mutable. Ministerio de Cultura. Presidencia de la Nación. Instituto Nacional de la Música. Asterisco-Festival Internacional de Cine LGBTIQ. C.A.B.A. 2016
[3] Ver Opus Cit. pp. 15,16.
[4] Ver Opus Cit. p. 17.
[5] Ver TARDUCCI M. ZELARAYÁN M. “Nuevas historias: géneros, convenciones e instituciones”. pp.  6,7.
[6] En la línea de Susy Shock cuando dice: ”Yo, perra en celo de mi sueño rojo Yo, reivindico mi derecho a ser un monstruo Ni varón ni mujer ni XXI ni H2o Yo monstruo de mi deseo”(…) Yo del poemario Trans-Pirado, Ediciones Nuevos Tiempos, 2011. 
[7] Ver TARDUCCI y ZELARAYÁN, Ídem, p. 8.
[8]Ver de DIOS, LARRAÍN, MAZA, LELIO (Productores) LELIO S. (Director) (2017) Una mujer fantástica. Chile. Fábula Prod. 00:48`:45``
[9] Ver BUTLER, J, El grito de Antígona, Trad. Esther Oliver. El Roure Editorial. Barcelona. 2001. pp. 40 y 41.
[10] Ver BUTLER, Ídem, p.37.
[11] Ver de DIOS, LARRAÍN, MAZA, LELIO, Ídem, 00:46`:30``.

13 mayo, 2018

Viaje al campo

 Entre el polvo que se levanta en la tarde y que flotando luego se adhiere a la piel me quedo pensando o deseando más bien que sería óptimo ya no tener incursiones de miedo. En eso tiene razón Philipe cuando me dice que no tengo que tener miedo y casi impertinentemente me insta a que de lo contrario me compre un auto. Río como diciendo que para él todo parece ser muy simple, y entro. Sin embargo tengo que asumir, porque no me queda otra, que en este viaje al campo que hice ayer, y aún, no puedo explicarme cómo estoy acá. Pues si estoy contándolo... es porque retorné. Polvo y más polvo. Tan fina capa que se levantaba con mínimas ráfagas, un polvillo rojizo que se mezclaba con la transpiración, este polvillo entra por las fosas nasales y se queda adherido a las paredes tanto a las externas como a las internas.
 No sé por qué todos los cuerpos, es como que se me vienen encima. Cierta hostilidad en el ambiente. Más tarde me preguntaré si estas alucinaciones se explican porque estuve viajando en un colectivo urbano y subió una pordiosera con rastas que balbucea una mezcla de portuñón y árabe. Algo inventado. Algo sin entidad alguna. (A propósito describir esas rastas mezcla de varios reinos biológicos me llevaría tiempo). Esto fue en Parque de los Patricios, en el barrio, la mujer con una especie de gamulán de corderoy blancuzco que alguna vez fue una prenda, se abalanzaba y te tiraba literalmente un trocito de papel de revista en el regazo. La miré. Comenzó a sermonearme en su lengua inútil, voce un coracao quebra de coracao eisana si quirana... y cosas por el estilo. Ahora hago un Faraday, y me voy del otro lado. Todo se parece bastante a la invasión zombie, en el furgón se te echan encima parece como que babearan, vociferando. Al llegar al último pueblo me relajo, pero la casi alegría que siento se termina rápido cuando apenas descendido del tren puedo saber que no hay más cómo retornar, por lo menos hasta el día siguiente. 
El tren atraviesa el centro del pueblo, en las esquinas hay rastros de macumba. El tren atraviesa habitaciones, una tras otra como un túnel interminable. `Exceso` en ese momento me parece que se define así: Dícese de una fiesta de cadetes de la policía federal. Todo ha terminado y se ven las manchas de grasa en el piso. El interior de las habitaciones sigue su desfile frenético siluetas y más siluetas. La velocidad ilustrada en las revistas especializadas de la década del 90 que siempre decían: la velocidad es ver pasar lo que está al costado de las autopistas. Pero para mi caso es solo el tren que va por el interior.   

15 abril, 2018

Sombra

 Entiendo que a los boxeadores no les interese absolutamente nada de lo que digo. Eso lo puedo entender. De la cintura para abajo lo veo con claridad. La punta del pie. En dos puntas los pies apoyan en dos puntas y en eso no me digas que no hay un giro de ciento ochenta grados que se parece no digo que es igual que se parece, porque si fuera igual sería de trecientos sesenta grados el giro, y no lo es. Mani el pacman no es Fukiko Takase pero sabe volverse de humo sabe hacer sombra y no puedo ver sus movimientos aunque estos se me estrellen en los ojos. Hacer sombra es un poco como proyectar un encuentro con uno mismo que nos sale a interceptar para bloquearnos, para amarrarnos y para por qué no, fulminarnos. Hay que construir un movimiento lo suficientemente rápido como para que se pueda escapar de uno mismo y que sea tan hábil tan potente que al aire le duela sin romper el espejo que está enfrente, cerca. Sin romperse, eso sería un gesto que nos desacreditaría por violentos o torpes, un puñetazo a la pared rompe los nudillos y nadie quiere ver sangre. Quiero seguir hablándote de Mani el pacman y Fukiko Takase como que entre ellos hay una bodas locas. Así puedo imaginarlo. Y no solo porque tienen ojos rasgados, la piel amarilla, las islas, el mar cerca, estar siempre en puntas de pie. De todos modos lo que hace Fukiko Takase es mucho más abstracto y poético por eso Tom Yorke debe haberla llamado para que le enseñe a danzar en medio de un desierto de paneles y música electrónica y fantasmas. Mientras que Mani el pacman apenas sube al escenario se arrumaca contra una esquina y se pone a rezar. Es multimillonario, lo conmueve Dios, le gusta la política como profesión. Así que ahí está todo junto siempre las cosas que conmueven a las multitudes, las cosas que todos amamos. La violencia que se hace inmortal en la religión que se hace inmortal en el dinero que se hace inmortal en la ambición de los poderosos que lo desean todo con sus almas famélicas.      

25 marzo, 2018

Las piernas

 Me paro allí desde lo mental te digo. Y no sé como explicarme que todo esto es una venganza que me hago a mí mismo. Qué terribles son ahora que lo pienso las venganzas contra uno mismo. Estamos hablando por teléfono pero por teléfono de línea esa cosa que funciona con cables y postes y extensiones... Es una especie de suicidio pienso y vos me das la razón. No sé como que últimamente hablamos tanto de enfermedades, como hace tiempo no te veo debo contarte cosas de la muerte que por ejemplo el tío José o Pedro se murió engarzado de una extraña manera. Te sorprendería, y vos me hablas también de leucemia, cáncer de piel, tumores, linfomas, crisis , radios y tratamientos, glóbulos blancos y sistemas inmunológicos devastados. Quiero decirte que me conmueve que me hayas contado todo esto. Que ella preguntara por mí. Tantos años pasaron y me recuerda... cómo me recuerda, ¿desde lo mental? Reímos. Pero me conmueve saberlo.  
 Me resulta evidente, solo ahora, que aprender a pararme al menos es algo. Me molesta que mis padres no me hayan alguna vez permitido al menos eso y sí. 
 Vos decías, qué boludo, siempre la misma cantinela culpar a los padres. Andá y hacete ver. Castigo a los padres es el castigo más inconcebible y más a la mano. Difícil porque es pegarle al que nos trajo pero está ahí. Esto es como Kenzaburo Oé y el cuento Dinos cómo, dinos cómo. Qué misterio, quién debe responder, quién. Hay allí algo de omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia, y sin embargo está tan alejado de una apelación a lo religioso. Dinos cómo sobrevivir a nosostros mismos, a nuestra historia, a nuestro reflejo, a la memoria y al encadenamiento de tropiezos. Algo gigante como una sábana inmensa irreal que nos cubre todo muy cinemátográfico; nos seguimos explicando la sobrevivencia a nuestra locura.    
 Vuelvo a lo mismo que es pararme ahí pero desde lo mental. Me acerco a los chicos y les digo muchachos qué calor y ellos asienten. Nos pasamos el bidón de cinco litros de agua natural y Philip me dice que me acerque al tacho para que me tire agua cerca de la nuca. No puedo parar de jadear. Un montón de transpiración me baja por el rostro como una cascada o como una gotera, porque después de todo el agua salada viene desde dentro de mí. Es que todos somos distintos me dice Lucho algunos transpiran mucho y otros nada, de todas maneras si usas gorra lo vas a notar menos. Philip tienen un gesto grandioso que es decirnos que cortemos antes con la clase y nos vayamos abajo al salón a tomar una cerveza, y agrega que él invita. Desde lo mental, me doy cuenta, que ahí, está, mi punto, más... endeble. Rubén que siempre se está riendo me dice que transpiro por eso porque estoy nervioso creo que él no se anima a decirme, que soy débil... desde lo mental. Extraño muchísimo el natatorio. Esos procesos. Desde lo mental estaba todo ahí también sin embargo no había un otro acechando amenazando; era sabido desde siempre que no va a pasar nada. Desde lo mental era la oscuridad, la muerte, la fatiga, la asfixia, el deseo de terminar o la indignación por esos aplazamientos, esas distancias. Las pesadillas de agua. Las muertes súbitas. Claro que extraño esos procesos.  
 Cuando ya estamos abajo en el salón donde se respira un aire un poco rancio pero fresco, Philip me dice que ese es como yo es zurdo. Dudo. Philip me mira desconcertado, ah claro me doy cuenta, y él me dice solo mirale las piernas de la cintura para abajo. Un argentino pegándole a un francés. Round 4.