Propósito del siguiente
escrito: Indagar si en el film Dogville[1]
hay a) lo que Michel Foucault define como “gubernamentalidad” o bien b) todo se
resuelve en relaciones de poder sin que el poder circule o sea centralizado por
instituciones. Intentaremos comenzar explicando qué implicancias pueden
rastrearse en el film si tomamos como supuesto el punto a)
Algo que nos
pareció bastante impresionante de la película es el vuelco que da en el último
capítulo y que la vuelve completamente reaccionaria. Pues si por el desarrollo
tan largo del film nos va acostumbrando a que no hay estado y todo parece
resolverse en relaciones de poder, lisas y llanas, entre “iguales”, hacia el
final Grace de algún modo se desenmascara y ejerce la soberanía de la manera
más cruenta. Grace hace las veces de “estado de excepción” y decide sobre la
vida y muerte del pueblo devenido completamente súbdito suyo.
Hemos elegido ese
último capítulo del film y en particular esa escena del diálogo entre Grace y
el jefe mafioso. Los hombres que desde hace tiempo buscan a Grace llegan al
pueblo y son conducidos hasta donde está prisionera. A punta de pistola exigen
su liberación. Cuando llega el cadillac que trae al presunto jefe de la banda
Grace es conducida hacia el interior del vehículo. Ahí por primera vez el
espectador descubre que el capo de los maleantes es su padre. Si bien, este
encuentro nos lleva al conflicto inicial de la película; Grace escapando de los
tiros de quien sabemos ahora es su propio padre, va a ocurrir un deslizamiento
muy interesante. Ellos, padre e hija, discuten acerca de su historia
personal-afectiva, sus papeles, hablan del poder; de heredarlo de compartirlo
de estar enfrentados por la elección de formas de vida que a las claras son
contrastantes. Repentinamente el objeto de disputa entre ellos se desliza hacia
Dogville, y el intercambio de
palabras pone en consideración, sin más, qué derecho a la existencia tiene este
pueblo. Ellos fueron injustos le dirá el padre, ellos hicieron algo que vos no
te perdonarías a vos misma. Mientras que Grace argumenta que puede sentir
piedad por esos débiles y que la condición de vida es determinante para las
elecciones que se toman. Y el padre replica que Grace es arrogante que en el
fondo los perdona porque los considera inferiores a ella y sobre todo incapaces
de alcanzar el estatuto de su ética y de sus valores morales. El modo en que el
padre argumenta se torna deontológico y universalista. Lo determinante son los
principios éticos que uno tiene, parece decir, eso es lo que nos guía y ordena.
O nos alejamos o nos acercamos a esos principios y nos medimos y medimos al
prójimo a partir de tales principios. Convencida de que los argumentos de su
padre son más fuertes Grace contempla al pueblo por última vez y según dice el
narrador, ve solo espinas donde antes veía grosellas. Y toma la decisión final
que es masacrar a todo el pueblo. Creemos que lo que hace compleja la escena en
relación a todo el resto de capítulos es algo que Foucault señala cuando
analiza la cuestión del racismo moderno y dice que la singularidad de su
funcionamiento es que combina las técnicas de biopoder con los modos tradicionales de ejercer la soberanía.
Señala lo siguiente:
En líneas generales, creo que el racismo atiende la
función de muerte en la economía del biopoder, de acuerdo con el principio de
que la muerte de los otros significa el fortalecimiento biológico de uno mismo
en tanto miembro de una raza o una población, en tanto elemento en una
pluralidad unitaria y viviente. Podrán advertir que, en el fondo, aquí estamos
muy lejos de un racismo que sea, simple y tradicionalmente, desprecio u odio
recíprocos de las razas. También estamos muy lejos de un racismo que sea una
especie de operación ideológica mediante la cual los Estados o una clase tratan
de desviar hacia un adversario mítico unas hostilidades que, de lo contrario,
se volverían contra [ellos] o socavarían el cuerpo social. Creo que es algo
mucho más profundo que una vieja tradición o una nueva ideología; es otra cosa.
La especificidad del racismo moderno, lo que hace su especificidad, no está
ligada a mentalidades e ideologías o a las mentiras del poder. Está ligada a la
técnica del poder, a la tecnología del poder. Está ligada al hecho de que, lo
más lejos posible de la guerra de razas y de esa inteligibilidad de la
historia, nos sitúa en un mecanismo que permite el ejercicio del biopoder. Por
lo tanto, el racismo está ligado al funcionamiento de un Estado obligado a
servirse de la raza, de la eliminación de las razas y de la purificación de la
raza, para ejercer su poder soberano.[2]
Cuando ocurre la
matanza y exterminio del pueblo de Dogville
podemos tener cierta sensación de que todo aquello fue un experimento. Una
carnada para ver qué le pasaba al pueblo, cómo el pueblo gestionaba sus
capacidades. En este sentido podríamos hablar de la biopolítica que el estado
ausente o aquellos que vendrían a ser su policía, sus fuerzas de seguridad, sus
SS ejercen sobre la población para proyectar su modo de ser/hacer población.
Pues además, esos maleantes actúan al margen del estado, en complicidad con el
estado o son el estado que autoriza en su ausencia (retiro) a todo el cuerpo
social a dar muerte. Según el narrador, quien presumiblemente nos está
traduciendo en palabras, la mirada y los gestos y los pasos de Grace; “si
alguien podía corregirlo tenía el deber de hacerlo, por el bien de otros
pueblos, por el bien de la humanidad y por el bien de ese ser humano que era
ella misma”.[3] Frente a la pregunta de por qué masacrar a una
comunidad que está hundida en la abyección y la mezquindad entendemos que no se
trata de mostrar que tal cosa ocurre porque exista un cierto odio racial,
ideológico, como si dijéramos un pueblo que se precie de ser bien constituido
no puede llamarse “Dogville”. Se trata de mostrar un procedimiento del poder a
través de los mecanismos propios del biopoder cuya finalidad es aumentar
siempre el control y acrecentamiento de la vida. Una regulación de poblaciones,
una homeóstasis que el poder activa sobre la totalidad del cuerpo social para
poner en equilibrio el sistema.
Saliendo un poco
del supuesto de que hay un poder gubernamental en Dogville, nos gustaría preguntar qué papel juega la sexualidad en
la trama del film, sabiendo que sexualidad es uno de los nudos problemáticos de
la cuestión del gobierno para Foucault. Y preguntaríamos cómo llega a ser la
sexualidad y su necesidad de mostrarse, de afirmarse, de desearse, el modo en
que el vínculo entre Grace y Dogville
parece hacerse añicos. Así se gana el odio de las mujeres, así se gana el abuso
de varios varones inescrupulosos o que consideran que si bien es un acto no
moralmente bueno, es una justa paga por favores hechos a Grace. Paradigmático
es el caso de Tom que sufre una conmovedora decepción por no poder por una vía
amorosa disfrutar del cuerpo de Grace, y tener que soportar la humillación de
ver cómo el resto de los varones de la comunidad hace uso de ella. El tema
sexual es para Foucault un cruce que pone en contacto la cuestión de las
disciplinas individualizantes y la cuestión de la regulación de la vida.
Articula por tanto la cuestión del individuo y la cuestión de la población.
Para la sociedad del siglo XIX el cuerpo debe ser intervenido a nivel
individual tanto por la moral, en este caso podríamos pensar en dispositivos
educativos, tanto privados como públicos, y por el dispositivo médico. Hay que
vigilar el cuerpo para que pueda ser útil, para que pueda trabajar, para que
pueda rendir de modo productivo. La sexualidad se torna riesgosa en la medida
en que tiende a producir desvíos, ya desde la infancia se evidenciaría una
íntima relación entre sexualidad y vicio. Para el saber médico de la época no
frenar esos desvíos a tiempo puede dar lugar a enfermedades en el futuro, tanto
orgánicas como mentales. Además por equipararse a la reproducción la sexualidad
interesa a los fines de la natalidad, la morbilidad, las mediciones
poblacionales.[4] Creemos
en este sentido que el cuerpo mujer
sobre el que comienzan a darse una serie de pujas es algo que disloca la escena
comunitaria y es la misma escena comunitaria la que pasa inmediatamente a
apropiarse de ese cuerpo individual en el sentido sexual cuando considera que
ese cuerpo es deudor, en el sentido económico, por la protección y los cuidados
que se le prodigan.
Si nos
preguntamos cuáles son las técnicas del poder en Dogville ahí uno de los personajes más interesantes de la película es
Tom. Porque este personaje encarna el desafío de la igualdad, tal como lo
problematiza Jacques Rancière[5].
Somos iguales, entonces por qué no vamos a poner a prueba esa igualdad. Es el
personaje que propone el desafío. Ver si vamos a ser capaces de aprender, si
vamos a ser capaces de convivir con lo extraño, si es cierto que somos
hospitalarios[6]. En
general las investigaciones de Foucault están pensadas en relación a una
presencia fuerte del estado, justamente quien interviene sobre la normalidad,
sobre la sexualidad y la raza es el estado y sus aparatos. De ahí que haya un
peligro siempre latente en el hecho de que el estado adquiera cada vez más
espacios u ocupe toda la escena de relaciones interpersonales. Pero entonces volvemos a preguntar, como se
va a plantear Foucault, ¿qué pasa en un caso en que el estado es ausente, qué
es lo que ocupa la escena en ese caso? ¿Formas del mercado en Dogville donde solo hay montañas y
caminos que no conducen a ningún sitio?
Creemos que Tom
encarna de manera genuina al investigador, al genealogista. Su especialidad son
las relaciones de poder y su tema específico la hospitalidad. “Para probar que
en el pueblo nadie aceptaba nada. Necesitaba un ejemplo. Un regalo.”[7]
Ayudar a Grace, poner a prueba a Grace y en doble sentido poner a prueba a la
comunidad, ya que hacia el final la captura de Grace por Dogville es en verdad una captura de Dogville por Grace. Pero su búsqueda es particularmente interesante
porque supone una práctica. Habilitar la palabra de todos los iguales en la
asamblea, buscar un motivo por el que deban exponerse, dar su punto de vista. Tom
hace experimentar el vacío a sus conciudadanos, rompe ese conformismo
cristalizado. Intenta hacerlos ver y ese ver es al tiempo un verse, un poner al
desnudo a través de lo que él llama la “ilustración”, el “ejemplo”. Luego será una realidad ilustrada espesa que
no parará de crecer y expondrá al pueblo a su verdadero enemigo que es su sí mismo. Ya que la historia mostrará
que los ciudadanos no están a la altura del desafío, se hundirán en sus
prejuicios, su envidia, su miedo. Pero el poder son relaciones interpersonales
eso queda claro en Dogville. Acciones
sobre acciones. Tom tiene un gran problema en este sentido, hay escenas muy
elocuentes donde el personaje experimenta este vértigo. Es sin lugar a dudas la
ilustración del fracaso, se dibuja eso todo el tiempo en su rostro. Pues si
bien es el artífice, -él mismo le dice a Grace esto es como un juego-, no es
capaz de gobernar el conjunto de las acciones. Puede ser filósofo pero no
conductor. Puede ser una especie de visionario analista del estado de cosas
pero no un agente de los cambios efectivos. Logra hacer girar la rueda de las
relaciones, conquistar espacios de libertad para desenvolver y desenmascarar al
pueblo pero ese juego se le va de las manos; otra vez acciones sobre acciones.
Un ejemplo de esto es que no puede hacer nada contra los abusos sexuales a los
que es sometida Grace y hasta termina más preocupado por ver marginada su
masculinidad. Lo curioso es que todo este proceso de exploración de lo mismo y
lo otro encuentre un desenlace fatal. Si bien como más arriba argumentamos
Foucault señala:
La yuxtaposición o, mejor, el funcionamiento, a través
del biopoder, del viejo poder soberano del derecho de muerte implica el
funcionamiento, la introducción y la activación del racismo. Y creo que éste se
arraiga efectivamente ahí. En esas condiciones, podrán comprender entonces cómo
y por qué los Estados más asesinos son al mismo tiempo, y forzosamente, los más
racistas. Aquí hay que considerar, desde luego, el ejemplo del nazismo. Después
de todo, el nazismo es, en efecto, el desarrollo paroxístico de los nuevos
mecanismos de poder que se habían introducido desde el siglo XVIII. Por
supuesto, no hay Estado más disciplinario que el régimen nazi; tampoco Estado
en que las regulaciones biológicas vuelvan a tomarse en cuenta de manera más
porfiada e insistente. Poder disciplinario, biopoder: todo esto recorrió y
sostuvo a pulso la sociedad nazi (a cargo de lo biológico, de la procreación y
de la herencia; a cargo, también, de la enfermedad y los accidentes). No hay
sociedad a la vez más disciplinaria y aseguradora que la que introdujeron o en
todo caso proyectaron los nazis. El control de los albures propios de los
procesos biológicos era uno de los objetivos inmediatos del régimen. Pero, al
mismo tiempo que existía esa sociedad universalmente ase- guradora,
universalmente reguladora y disciplinaria, a través de ella se producía el
desencadenamiento más total del poder mortífero, es decir, del viejo poder
soberano de matar. Ese poder de matar, ese poder de vida y de muerte que
atraviesa todo el cuerpo social de la sociedad nazi, se manifiesta, en
principio, porque no se otorga simplemente al Estado sino a toda una serie de
individuos, a una cantidad considerable de gente (ya se trate de las SA, las
SS, etcétera). En última instancia, en el Estado nazi todo el mundo tiene
derecho de vida y de muerte sobre su vecino, aunque sólo sea por la actitud de
denuncia, que permite efectivamente suprimir o hacer suprimir a quien tenemos
al lado. Por lo tanto, desencadenamiento del poder mortífero y del poder
soberano a través de todo el cuerpo social.[8]
Necesidad por
tanto de hacer morir en todas las direcciones porque el hecho de que el cuerpo
social en su totalidad sea la instrumentación del poder mortífero del estado es
lo que muestra que la comunidad es víctima de su propia capacidad de controlar,
cazar, someter y matar.
Antes de
finalizar este breve análisis querríamos volver sobre el punto que más arriba
hemos mencionado como aspecto b). Para esto un breve comentario acerca de
aquello que a Foucault más le ha interesado desarrollar a lo largo de toda su
obra; la cuestión del sujeto. Poder comprender los procesos de subjetivación.
Poder señalar aquellas capturas en las que los individuos son por así decir
encapsulados y que el trabajo de comprensión genealógica viene a mostrar cómo
desanudar esas lógicas para conquistar espacios de mayor libertad subjetiva. Y si desde este enfoque b) lo que se explicita
es que todo son relaciones de poder y no aparece claramente una
institucionalidad fuerte, deberíamos decir que en esa escena final Grace es
sujetada por la autoridad paterna que es como sabemos su contracara, aquella
herencia que rechaza. Esto implica que
Grace queda atrapada en las garras del poder por más que las imágenes muestren
que ella acciona desde el lugar del poder. Su lucha, la lucha de Grace, sus
necesidades más inmediatas[9],
su necesidad de escapar, es decir su gesto más auténtico de libertad se
terminan. Las relaciones de poder y las luchas que éstas plantean implican que
rechacemos lo que somos y que no nos queramos atar a identidades impuestas o
mandatadas. Es así que en esta última escena las acciones de Grace no son como
desde el punto de vista de a) se había plateado acciones soberanas. Sino
acciones de pura violencia que se imponen sobre los débiles como si fueran
parte de un decorado. En cambio Grace sí siente todo el peso del poder y se
entrega a esa incitación[10],
resiste, busca ser reconocida se retira proyecta y retorna a buscar nuevas
respuestas. Siempre está la posibilidad de que se rebele porque es un campo de
posibilidades abierto la voluntad de
aquel que es objeto de gobierno. Pero más allá de su libertad de acción el
alcance del poder implica que esas decisiones están funcionando en un campo[11]
previamente estructurado por el poder.
[1]
Lars Von Trie (Director), 2003, Dogville,
Dinamarca, Zentrope Entertaiment (Productora).
[2] Ver
FOUCAULT, M., Clase del 17 de marzo de 1976 en
Defender la sociedad. Bs As: FCE. 2000. p. 233.
[3] Cf.
Lars Von Trie, Ídem, 02:35´:57´´.
[4] Cf. FOUCAULT, M, Ídem,pp. 227,228.
[5]
Cf. RANCIÈRE,
J. (2004) Política, identificación,
subjetivación en Revista Metapolítica. Vol. 8. Número 36. pp. 26-32.
[6]
Cf. RANCIÈRE, J. Ídem, “Es así que se puede dejar
de lado el debate sin salida entre universalidad e identidad. El único
universal político es la igualdad. Pero ésta no es un valor inscripto en la
esencia de la humanidad o la razón. La igualdad existe y tiene un efecto
universal en tanto que ella se pone en práctica. No representa un valor que se
invoque sino una universalidad que debe ser postulada, verificada y demostrada
en cada caso. La universalidad no es el principio de la comunidad con lo cual
contrastarían las situaciones particulares. Ella es una operadora de
demostraciones”.(p.2) (…)¿Qué es un proceso de subjetivación? Es la formación
de un uno que no es un yo o uno mismo sino que es la relación de un yo o de uno
mismo con un otro. (p.2)
[7] Cf.Lars
Von Trie, Ídem, (2 00:08`:56``)
[8] Cf. FOUCAULT, M, Ídem, p. 234.
[9] Cf. FOUCAULT,
M. El
sujeto y el poder en Revista Mexicana de Sociología, Vol. 50, No. 3. pp.
3-20. 1988.p. 6.
[10] Cf. FOUCAULT, M, Ídem, p. 15.
[11] Cf FOUCAULT, M, Ídem,p. 15.