25 julio, 2014

Diez momentos de las piedras

El olor de la madera que se está quemando despacio.
Saludarse con un desconocido. 
Sentir cerca el perfume suave de unas chicas que pasaban, una, reía mientras algo.
Elegir el lugar para sacarse una foto que sorprenda a alguien, la barranca. 
Descubrir esas inmensas rocas donde alguna vez encontrarse con un amor que sabe de la existencia de un piojo de piedra .
Sentir el viento frío de la piedra helada y parar para descansar y tomar unos tragos de licor.
La cámara de silencio de un bosque de pinos y el chirrido suave de rodados sobre la arenilla gruesa de los caminos.
Los descensos los ascensos, los recodos apilados, sorpresivos, el sonido del agua discurriendo sobre hierba mansa.
Las ilusiones, las piedras inmóviles, esa quietud primitiva, esa resignación inconfutable.