31 agosto, 2020

Mescolanza

 Se me mezclan dos cosas hoy. Las vacilaciones que experimento que me hacen mucho daño porque tomo conciencia de que vivimos solo una vez y estamos expuestos a problemas mucho menos interesantes y crueles que esa verdad sabida de manera epocal hace tantos siglos. Una revolución como pocas, la certeza de que la vida debe ser aprovechada a cada instante porque es una sola. 

Una de las cosas que se me mezcla es salir a la calle después de muchos días. Caminar calles vacías. Al menos en las avenidas hay gente pero después todo desierto. Esto claro no tiene por qué ser malo. Pero está todo blanco, brumoso, hace frío, volvió a llover de manera sorpresiva y hay mucha humedad. La soledad y el tapa boca le dan una pincelada de desconfianza y de pesadumbre a casi todo. Casi llegando con unas bolsas de las compras veo una casa simple, una puerta y al lado una ventana, todo medio abandonado, dejado, sin colores, sin pintura. Los frentes dejados después de años de falta de arreglo no tienen ningún color, ni son blancos ni grises ni nada. Grietas. Óxido. Decrepitud. Sobre la puerta como un papel afiche grande pegado y escrituras de colores como hechas con marcadores de colores que dicen, si tuviste covid #DONAR SANGRE NO DUELE, hay una jeringuita dibujada con pinceladas de niñez... bajo el cordón y sigo. Pero me suben como ganas de llorar. Creo que es difícil ponerle dimensión al presente porque lo que dimensiona siempre es la memoria. La redimensión actual siempre es insípida, forzada, ciega y se puede pasar de vuelta. 

Lo otro que me pregunto si puedo hacer preguntas por la idea de naturaleza en  Tarkovski y de paso la idea de naturaleza en un artista jardinero como Jarman. Me faltaría uno o una más para hacer una tríada pues supongo que lo impar iría mejor con la idea de naturaleza.   

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