06 agosto, 2020

El Paul Gauguin en Charles Strikland

¿Quién habrá estado más fascinado por contar la vida de los artistas, la literatura o el cine? La cuarentena me pone bastante confuso con los días, retengo los nombres pero suelo confundir los números, no es algo menor porque muchos trámites hoy día se hacen con la terminación del documento en combinación con el día; pares e impares.
Pero bueno, ayer vi un film de 1943, The moon and sixpence, eligieron traducirla como Soberbia. Sería impactante abrir un manual de pintura y que en el apartado diga de Gauguin es/fue  uno de los artistas más soberbios de la historia. Pero el film es cierto que toma como eje el yo despreciable del personaje central un tal Charles Strickland. El guión se basa en la novela de W. Somerset Maugham`s de 1919. Tiene muchas curiosidades para nosotros como todas las películas de aquella época.
Charles Strickland es un ser que sobre todo no experimenta el sentimiento de la piedad. Eso es lo que puede alcanzar, según puedo entender, solo una vez que logra huir arrastrado por su estatuilla aborigen hacia Tahití. No es que haya un encuentro con otros humanos por así decir pero al menos siente una debilidad especial por esa indígena bella y casi niña que se enamora de él.
(Me imagino que los directores y adaptadores de cine cuando hacen una película sobre artistas se plantean cómo poder contar una historia del artista x que a la gente que ve el film le resulte una historia digerible. Al menos eso se evidencia en estas películas monocromas del siglo 20 y da un poco de risa). No puede ser, el tema central, las búsquedas del color o el arrastre de la estatuilla hasta tierras vírgenes exóticas. Es que eso haría que nadie quisiese producir el film y después verlo.
Deberíamos poder ver esa vitalidad o esa conexión estatuilla-selva-mujer-lienzo. Más allá de que no podemos ver los colores por ser, otra vez, una película monocroma.
Digo la escena del casamiento de Charles Strickland y la niña lo dice todo. Esas típicas histerias europeas de que los insectos, en este caso avispas son molestas y no permiten ni respirar. La mejor definición de fascismo que se me ocurre en este momento es que para poder ser feliz siempre hay que eliminar algo.


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