24 agosto, 2020

El hotel, el aislamiento

 Hoy debí mandar una nota de voz a una mujer que me contaba que estaba en un hotel aislada con covid. Fue la primera vez que tuve la certeza de hablar con alguien que tenía la enfermedad. Alguien me lo contaba y pronunciaba mi nombre. Me quedé tan suspenso mirando la pantalla del teléfono como si eso fuese todo el mundo. Cada palabra que iba a pronunciar iba a ser una palabra que podía llevar tranquilidad, indiferencia, afecto, preocupación, no sé. Todo era al mismo tiempo muy cotidiano y muy excepcional, irrepetible y nuevo. Sí, recuerdo que la voz que salía de un dispositivo electrónico era una voz mucho más humana, mucho más presente que otra veces. Intentaba imaginar el rostro, el cuerpo, la edad, el hotel, el barrio, la habitación, el aislamiento. Tiempos de dimensionar.   

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