11 enero, 2012

12 dedos

 Las aspas del ventilador son tres pero eso se sabe porque el ventilador está en reposo, si estuviera girando por toda la eternidad y desde el nacimiento mismo cómo saber, cómo adivinar que las aspas son tres? Introduciendo un pequeño objeto semiduro entre las aspas y luego dejándolo resonar y deteniendo el movimiento y el tiempo que está contando, si no gira el calor se paraliza y se hace cada vez más de piedra y sin poder, en el aire, sostener su propio peso se desploma todo como nubes que ante un chasquido de dedos mágicos se vuelven castillos y moles grises, pétreas formas cayendo al vacío y aplastando. Pero son los dedos suicidas también los que quieren hacer música; de carne y madera con las aspas o contra ellas. Es sorprendente el sonido cortando todas las capas de sudor y cómo lo semiduro y lo blando, porque el calor hace que la carne se ponga más flácida y aflautada, el instrumento humano es insuperable, se dice. Y además irreproducible por la naturaleza. Reproducible como ninguna otra cosa, descansan un rato sobre la mesa quemada y lo intentan otra vez esos dedos suicidas que son muchos más de cinco o diez. Enemistad, reproductiva a veces, de las aspas y los dedos.

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