30 marzo, 2011

Kafka, la muralla y los nómades

 En uno de sus más famosos relatos Franz Kafka señala que el pueblo chino, aunque ahora dudo que él use en algún momento la palabra ´chino´... Y bien, dice Kafka que la muralla china fue una empresa infructuosa. Principalmente debido a su grandiosidad, a su monstruosidad. Todo el basto territorio quería abarcar la muralla. En realidad no era todo el perímetro del país sino su lado norte que era por donde los locos nómades podían cruzar las fronteras. Tenía, la muralla, la forma de un arco, de una semicircunferencia pero así y todo en tanto parte era infinita. Ya que sabemos que el subconjunto de un conjunto infinito es también él infinito.
 Lo que sucedió es que esa infinitud jamás pudo ser materializada, pues debían, los obreros, estar construyendo durante un tiempo infinito para circunscribir un espacio infinito. De manera que como los trabajos fueron abandonados la muralla resultó en un "todo" discontinuo, con flancos sin completar, pues los constructores habían ideado un plan que consistía en ir anexando tramos de quinientos metros de muralla y sucedía muchas veces que el encuentro entre el tramo n101  y el tramo n102 no llegaba a concretarse jamás dejando una luz de espacio -una tierra desposeída y ganada por fuerzas extrañas- con seguridad librada al azar más que a las matemáticas.

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