07 agosto, 2012

Qué se le dice a la muerte

 No sé quién me dijo hace poco que nuestra infancia está hecha de las casas que nos vieron crecer. Las casas que odiamos o amamos, las casas que tenían árboles que crecieron junto a nosotros porque ayudamos al padre a plantarlos y a los pies de esos árboles cuando ya estaban fuertes y habían pasado hasta las medianeras nos poníamos a soñar. A la tarde, también se acostaba al lado nuestro alguna de las mascotas con pelo reluciente y cálido, esas perras o perros que ya no están ya que siempre son despedidas pues mueren antes que el dueño; quiso una cierta constitución de lo natural que lo interno de esas criaturas dictara su brevedad, su ser más aplacado y efímero que nuestra humana transitoriedad. Todo esto porque la miré fijo a los ojos a Te-t y le dije que esa casa era una cosa que se arremolinaba en mis entrañas, es decir que se hacía una bola de recuerdos en mí. Sentía dentro mío ese frío del patio y de las baldosas y el reluciente y gélido estar de la bañera en el baño inmenso que olía a mármol limpio. Me miró, dilató sus pupilas y lo que dijo prefirió proferirlo hacia afuera con un leve movimiento de cabeza y hacia adentro con un estruendoso murmullo. Crecer en las casas, ver las habitaciones transformarse en otra cosa, usos diversos fluctuantes acompañados o provocados por las ausencias de moradores que han dejado de ser hijos para poder ser padres. Y en el entramado de cada casa ver lo que se desvela en cada una; en esta es sobre todo un desmembrarse de superficies y un discurrir de estilos porque TTe la ha gobernado durante décadas. Los objetos terrenales han sido revestidos de un poder inaudito durante todo lo que ha durado el reinado; el pie de un velador, una silla ecléctica, el sillón donde se sentó un famoso actor para firmar autógrafos antes de su exilio definitivo. En las Casas cada palabra proferida sin ton ni son es una palabra política; de otro modo no se puede hablar, en otro plano no se puede estar. Todo es político y a la muerte se la intenta manipular y adiestrar con términos de la política: not today. Así como los reyes hablan con sus guardias de honor y sus consejeros de los hombres a los que han vencido y dado muerte y de las putas que se han bien-cogido, así, aquí se habla de los estilos que pueden poblar y gobernar el espacio. Esos que torpemente yo intentaba decir que transferían, pulsaban, distribuían las temperaturas de los corredores, los salones, las piezas abarrotadas para afectarlo todo. Algo pasa en una de las habitaciones contiguas, algo espera y titila o somos nosotros que esperamos creo que puedo decir nosotros. Parece que las casas, algunas, a veces fueran a agotar la experiencia, empujando hasta límites intolerables lo que se pretende que vivamos en ellas como si todo finalmente tuviese que cerrar del algún modo; como si los años no pudiesen quedar dispersos como semillas en forma de capullos volátiles que erráticas se esparcieran hasta perderse solas, anónimas y nunca más nominadas.               

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