24 mayo, 2011

Un creyente

 Cuando pienso en cosas tristes enseguida me remito a mis creencias verdaderas. El amor, el fracaso, la desidia de las resoluciones. Hacia ustedes voy como a una certeza de la sin razón y allí me quiero quedar por siempre. Hago mis votos y eso me tranquiliza cuando pienso que algo debería suceder a corto plazo. No, me digo, todo debe permanecer obstaculizado como una montaña que de la noche a la mañana tapona la boca de un túnel que lleva al otro lado del valle. Hay cosas que las tengo prohibidas, no me puedo permitir felizmente sufrir así como así según lo que voy encontrando cada día. Debería poder atravesar todos los muros de facebook a una velocidad exponencial en un atravesamiento límpido, sin rozamiento, en un campo de inercia devastador y silencioso. Alguien me pregunta por lo bajo, casi con disimulo, si tengo, y le respondo que no. Porque no cree, ¿no?, Ud. no cree... No sé, quiero creer en una sola cosa y sufrir y desangrarme solo por ello, si creyera en los muros ya estaría lejos ya estaría en otro lugar. Por ahora no me muevo de acá.