31 julio, 2020

El diario y la vertical

A medida que el diario de Derek Jarman se acerca a su final puedo notar como su autor reflexiona acerca del diario mismo que viene escribiendo a lo largo de veinticuatro meses, casi. Me llama la atención algo en lo que suelo detenerme, el diario como género de escritura, y también acerca de la memoria y sobre todo el registro de las cosas. En tiempos pandémicos hasta el marketin  capitalista nos dice que esto es algo que quedará para siempre grabado en nuestra memoria. Siempre que el poder capitalista nos dice que vivimos algo muy especial debemos parar las antenas.
Dicho esto, el mismo Jarman se desilusiona por momentos, cuando su vida es una desilusión. ¿Quién no se ensombrecería en su lugar? Si tuviera que vivir lo que él. Es un capo, diríamos, si se puede aprender a vivir por fin... como pregunta Jacques Derrida, en Expectros de Marx, bueno, Jarman intensifica esa respuesta, a la indeterminable pregunta, una y otra vez a medida que el diario avanza.
Esto me sirve para pensar que un gran y complicado problema está acá planteado, la cuestión de cómo se registra.
Además la cuestión de contra qué se lucha. Tal parece que los autores cuando deciden escribir un diario siempre se enfrentan a su bestia. En el caso de Jarman su enfermedad. En el caso de Vertov la sociedad capitalista burguesa y sus modos de representación. En kafka sus fantasmas y sus herencias.

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