12 septiembre, 2012

Crónica

 A Rose la había enloquecido algo azaroso y cíclico. A veces lo externo puede bajarnos cuatro dientes rompernos las costillas y dejarnos sin respiración. De dónde vienen los auténticos males? Cómo formular la pregunta después de que sabemos que diosito ha muerto? Que toda trascendencia se ha disuelto y que solo hay plano inmanente? Dijeron que Rose estaba bien... era como cualquiera de nosotros pero cierto día dos estrellas se pusieron de acuerdo para finiquitarla para darle ese golpe maestro del cual no se recompondría jamás. Su prometido y su padre amado dejaron este mundo en un lapso de tiempo no mayor a los veinte días...  Eso fue todo.
 Facebook es, yendo a otra cosa y permaneciendo en lo mismo, el ser que trama el espacio de lo decible y el espacio de lo decible es el infinito pasillo por donde los cuerpos circulan y se van tallando y diciendo. Vamos a transitar estas aberturas y por estas oberturas vamos a ser nominados. Dicen que Rose nunca volvió de esa tristeza que casi la mata; solo porque dos estrellas se pusieron de acuerdo, la estrella que para ella era su padre y la otra estrella que para ella era su hombre amado. Muertos juntos. Hojas en el otoño revueltas en el suelo, pudriéndose en el suelo, sobre la lápida mirando el crucifijo como se mira la llaga de una quemadura insoportable, incurable. 
 En la locura hay algo de los cielos; hay claro lo genético, lo psicológico, la historia de toda vida las propensiones afectivas y la experiencia personal pero están las conjunciones de los astros necesarias y cíclicas y sus refracciones sobre los mortales que son azarosas; destinos caprichosos, inexplicables. Flechas disparadas por un ciego arco, sin vacilaciones, rebosante de hambre y dolor. 
   

No hay comentarios: