11 junio, 2012

Y se va la primera

 La segunda parte del año es mucho mejor que la primera. Hay algo en la primera parte que hace que un día todo eclosione, es una presión que el resto de los días se puede manejar, disimular. Pero el último día de la primera mitad es terrible porque el cuerpo está harto de los años y las estaciones y las promesas de los órganos. 
 En el capítulo XXIV del tomo I dice Marx lo siguiente en una traducción de W. Roces: "Los contingentes expulsados de sus tierras al disolverse las huestes feudales y ser expropiados a empellones y por la fuerza de lo que poseían, formaban un proletariado libre y privado de medios de existencia, que no podía ser absorbido por las manufacturas con la misma rapidez con que se le arrojaba al arroyo. Por otra parte, estos seres que de repente se veían lanzados fuera de su órbita acostumbrada de vida, no podían adaptarse con la misma celeridad a la disciplina de su nuevo estado. Y así, una masa de ellos fueron convirtiéndose en mendigos, salteadores y vagabundos; algunos por inclinación, pero los más, obligados por las circunstancias".    
 Cuando la primera parte del año va llegando a su fin se hace insoportable porque avanza como un rápido que a cada curva del cauce degenera hasta volverse irreconocible. Las multitudes van hacia su propia caída donde las lleva irremisible la corriente de los tiempos para desperdiciarlas, y no dicen nada, no dicen, nada dicen. Por eso hasta que llegue la segunda mitad no hay nada de qué quejarse pues en la Edad Oscura los individuos no decían ni mu. Luego en los siglos de las Luces era tan esquizofrénica la fuerza con que se los capturaba para recofigurarlos que los hierros candentes con que se marcaba su carne se enfriaban pronto. La segunda mitad es el fiel reflejo de la primera pero típicamente descomprimida. Es como tomar un globo entre los dedos índice y pulgar, bien inflado el globo hasta que las paredes se vuelvan tenues y transparentes, y retenerlo allí con los dedos presionando y no dejando escapar el aire pero luego soltando la cosa y que se disperse resonando errática viajando como un huevo enloquecido de corta duración. La segunda mitad del año es entonces un trazo menos hostil y acuciante pero de cobertura fofa: Zaratustra... había dicho que el horizonte había sido borrado con una esponja? 

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

borrado con una esponja de sangre. feliz cumpleaños