10 febrero, 2012

A summer ´s day

 Todo siempre comienza con lo mismo. Estamos por cenar y pongo un disco de Hisaishi.
 Mientras cocinaba me preparaba unos tragos y me fumaba un cigarrillo. 
 Pero cuando comienza a sonar A summer ´s day ahí me quedo quieto y me cuesta volver. Ahora me doy cuenta que los comaneci; gregorio y raquel, mis ranas, siempre están viajando. Estoy convencido de que son el paradigma mismo de lo que es viajar sin cambiar de lugar. 
 Voy al balcón, justo debajo de la más petisa de las nubes, puedo ver toda la ciudad, es un ver que emborracha también de un modo paradigmático, emborracha con agua pura; viento puro? Esta visión desde afuera es una pajarera inmunda, el edificio digo, pero en el interior está el cosmos. Para no ser parcial diré que es una multiplicación de conductos y puertas y nichos y cables que tiran solos; todos pequeños cosmos interiores capaces de producir su propia luz palideciente y su propio aire sobrecargado que recuerda a flores de cementerio y a la atmósfera quieta de una usina de noche con las máquinas apagadas. 
 Ahora. El pez espada que mayguis me regaló se remueve pegado a la ventana norte con la correntada agonizante que entra en esta casa impensada y a estas altas horas. Pienso que le voy a decir a mayguis cuando la vea que si alguna vez me necesita que me llame. Es una forma de decirle adiós pero sin decírselo; cómo podría hacer tal cosa, no resistiría su mirada un segundo. O tal vez simplemente... quiero decir no le diga nada, solo le lleve ese regalo de aniversario adeudado.  

1 comentario:

Anónimo dijo...

Esa casa impensada se vuelve hermosa cuando la describen, aunque le agreguen atributos de otras casas impensadas (o mejor impensables, magníficas como bloody snowballs). No sé si quedó del todo claro el otro día, pero me gusta esa casa. Es una casa para vivir y para encontrarse. Por supuesto que la odié en un principio, era una herida muy fuerte. Era como un golpe que me obligaba a ver una vida para la que no estaba preparada. Pero ahora la veo como esa iglesia a la que Christian "psicopompo" Shephard lleva a los chiquitos, un lugar donde recordar, donde juntarse a recordar di ailan (yerbal). Es como si en medio de la realidad colombraro se filtraran flashes de yerbal y eso es hermoso. Colombraro es hermoso. Es como un purgatorio que ahora, lentamente, se va llenando de los hijos del agua.