20 septiembre, 2011
Perderse/recobrarse
La tentación de irrumpir en un mundo de deseo prohibido se afianza en nosotros. Todos los que han mordisqueado esa fruta de placer y amargura lo saben. Si un día esta práctica de evitar ese asomo a la negra noche sale mal qué pasaría entonces? Qué pasaría si la rapto, si me la como, como ahora ya me la estoy devorando a toda su piel pequeña, curtida y deliciosa piel. Deliciosos ojos verdosos siempre de un vivo tono de sombras, de hojas, de cierta boscosidad, de luz que se cuela por recovecos con suavidad hasta el suelo. Y si cruzamos la delgada línea y si perdemos la cordura y nos perdemos para el mundo y la moral. Todos los que han mordisqueado esa fruta saben lo difícil que es retornar tan solo de esos pensamientos; alumbramientos.
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