01 mayo, 2016

Nada como un cisne

 Al final sí era cierto que Kafka habla de las piletas, de los centros llamados natatorios. Es más hace referencia a que él vivía en Praga, tal vez, frente a un natatorio; y aclara, por eso íbamos. Esto en las Cartas a Milena. Kafka era así, muy flaco con grandes dificultades para ingerir alimento pero con mucha fuerza. Esa fuerza tipo tengo un aliado como refiere el aprendiz de brujo de Castaneda.  En general nunca va a decir que algo le atrae por su fuerza, por su tamaño, por su coquetería. Va a optar por la respuesta más simple que tenga al alcance de la mano. Hará referencia a la cercanía a la comodidad. Pero queda la posibilidad de que nade porque es un amante del cansancio, porque por alguna extraña razón si está fatigado crea mundos que pueden resplandecer por sí mismos.  
 El nadador es alguien que mientras nada resuelve, hace certificaciones, toma decisiones vitales. Es una práctica donde uno un poco indaga sobre la desesperación y la muerte. 
 Mientras nadaba mientras intentaba no hacer un acto aberrante, pateando siempre pateando y babeando... con ese descaro. La muerte... repudiarla siempre, toda señal de esa es para querer alejarla y sin embargo en el natatorio siempre esa sensación de que se acaba, no hay, aire. Y el gran nadador que es Kafka para colmo viene y en una carta tira que él ha escupido algo de color rojo en la piscina de la escuela de natación. Todo es un juego de la cabeza, una tortura mental que siempre termina bien. Si kafka lo hizo si la mandó así exponiéndose a un escándalo a las condiciones de salubridad no solo obvias sino que no caben por lo pronto ser desmentidas. Porque lo que nunca debería suceder es que uno se cague o vomite por el esfuerzo máximo en medio del agua. Siempre pensando en las incontinencias, temiéndolas siempre. Acechan. Al viejo, al pobre. A las niñas ricas e infelices. La risa kafkiana vacila en la correntada: todos putos yo me quedo en el natatorio dicen, no obstante -expresión que Kafka ama más que ninguna- que yo -el que le escribe a Milena, el desganado, el enfermo e incapaz de viajar- nado como un cisne.  

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